viernes, 30 de diciembre de 2011

Empiezo a sentir la diferencia.

     Ya empiezo a sentir la diferencia, y viene escondida en suaves brisas de viento frío, en sonrisas de un amor del pasado, en lágrimas que deja un fuerte golpe de la vida. Ya veo que he dejado atrás mil cosas y, mientras las recuerdo, puedo sentir como si me empujaran al lado oscuro de la nostalgia, para sentirla, para recibir al nuevo año entre historias antiguas y anécdotas de meses pasados.
     Ya empiezo a sentir la diferencia, dejé varias cartas escritas sobre las almohadas de la gente que amo, con la esperanza de que al leerlas, al menos una lágrima de añoranza se atreva a rodar por alguna que otra mejilla. Siento el rubor en mi cara, que anuncia cuán enamorada me siento de la escena que experimento... pero entonces sólo prefiero esconderme en algún rincón, hablar con la pared, mirar mi reloj y ver que restan tan sólo un par de minutos para ver partir mis dolencias, mis temores, mis "No puedo hacerlo".
     Ya empiezo a sentir la diferencia, viene convertida en lágrimas brillantes como un diamante, en esperanza fuerte como una roca, en abrazos infinitos como la fe misma. Empiezo entonces a recordar de nuevo, me quedo un segundo en silencio y miro a mi alrededor. Quisiera estar siempre así, rodeada de la gente que amo y me ama, rodeada de un exquisito sabor a unión familiar, rodeada de la dulzura inexistente que habita en el aire, de ese sentimiento agridulce que me deja el hacer memoria. Y me doy cuenta de que no deberían ser "Feliz año" las palabras correctas para empezar esta nueva etapa, sino más bien "Gracias, Papá Dios, gracias".

martes, 20 de diciembre de 2011

DIARIO 21: ¡Sonriéndole a la vida, baby!


¡Sí!
Diciembre comenzó bien, sigue excelentemente y parece que terminará mejor para mí... Este mes ha sido bueno conmigo.
Resulta que, con tantas cosas que me están pasando, me he puesto a pensar un poco en lo que he dejado atrás, en la maravilla que resulta la palabra "Basta" cuando te la dices a ti misma con una honestidad llena de adrenalina y decisión. Esa palabra no sólo me ha salvado a mí de unas vacaciones terribles, también a unas cuantas personas, lo sé. Sólo aquel que se haya dicho "Basta" a sí mismo sería capaz de entender a qué me refiero. Si en junio me rechazaron y en julio abandoné cosas y luego de nuevo volvieron a rechazarme en octubre... en diciembre no han hecho más que darme la bienvenida, y en vez de dejar cosas, me he aferrado a varias. Creo que puedo sonreír alegremente, la vida se ha tornado totalmente distinta desde que le dije -Adiós- al colegio y me convertí en una futura estudiante universitaria, he conocido gente diferente, agradable... interesante. Aún sigo haciendo las cosas que amo -escribir, leer, estudiar música-, sólo que ahora las hago siendo algo egoísta y hasta narcisista; creo que pasé mucho tiempo de mi vida pensando en los demás y jamás logré desentenderme de ese gran error, sino hasta ahora, que escribo para mí, que leo para mí y estudio música porque así lo decidí y así lo quiero.
Cambiando un poco de tema, a veces llego a pensar que son los hombres los que no tienen sentido, los ganadores en esa guerra de sexos de "¿quién es el más complicado?", pero luego debo aceptar que las mujeres somos más complicadas de lo debido, somos como la matemática más compleja, vamos a la velocidad de la luz y el cerebro masculino no logra alcanzarnos... es algo así. Y, ya que hablo de esto, descubrí que casi todos los muchachos de mi edad aún no han madurado y no tiene  ni idea de lo que quiere una mujer. Ojo, no lo dije a causa de una frustración personal, es sólo algo que sé y quería compartir. Por otro lado, me quedo con los hombres -sí, dije "hombres", no "muchachos"-; los que parecen ver hacia el futuro y no se ahogan en un vaso de agua.
¡Pero qué cruel estoy siendo!
Lo cierto es que aún así sigue resultándome más divertido escribir desde el punto de vista de un hombre, piensan tanto y hacen tan, pero tan, pero tan poco... y si me pongo a hablar sobre una historia que me contaron por allí, les juro que no acabo jamás.
Estuve releyendo mis poemas más antiguos, esos que escribí a principios del año 2010, y me di cuenta de cuánto ha cambiado mi estilo. No digo que ya no soy la misma, sólo que he ido buscando mi propio estilo, ahora me considero menos complicada, creo que he logrado relajarme y escribir historias de la vida real que fueron contadas con palabras simples y sencillas. Creo ya haberme dejado un poco de "las palabras de diccionario" y "los aires de grandeza", jajaja. Espero que les esté gustando.

Aquí les dejo una sabia pregunta: ¿Seguiría siendo el hombre indicado, el indicado aún y cuando hace todo lo posible por evitarme?

He dicho punto y final.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Escasos diecisiete.

    Recién acababa de llegar al lugar, me sentía abrumada ante la situación, era tarde y tenía algunos malos presagios, pero aún así sonreía, porque me gusta hacerlo y es mejor que poner una mala cara. No recuerdo aún cómo fue que llegué a sentarme a su lado, pero yo sólo estaba allí, nerviosa, temblando, sintiendo cientos de cosas y pensando en miles. Él lucía confiado, estaba acostumbrado a esas situaciones.
    Entonces, una mirada... sí, y luego una sonrisa, sólo conversábamos, él me alentaba a hacerlo bien y me hablaba de sus experiencias, de sus comienzos, de su vida. ¿Dónde vives? Preguntó, ¿desde cuándo estás aquí? Tontas preguntas que consideré inocentes. Él era obviamente un hombre mayor, quizá siete años más o seis, no lo sé. Yo llevaba un corto vestido negro, sandalias altas, el cabello castaño suelto sobre mis hombros y sonreía, no sólo por hacerlo, sino porque era agradable pasar tiempo con él. Hizo tantas preguntas, inocentes e indefensas; pero fue cuando me preguntó mi edad que caí en cuenta de que había algo más en sus intenciones y, siendo sincera, eso no me molestó. Quería ser de esas chicas que cumplen la regla de despedirse primero y créanme cuando digo que lo intenté, sólo que no pude llevarlo a cabo. Cuando solté el "diecisiete", él intentó ocultar su sorpresa, pero aún así pude notarla. Aunque seguía siendo un total desconocido para mí, sentí su culpa. Hubo un silencio incómodo, ¿por qué coquetear con él? ¿Por qué me gustan los hombres mayores? ¿Qué edad pensaba que tenía? Tantas preguntas pasaron por mi cabeza que, en menos de un segundo, me vi de pie, diciéndole "Hasta luego" con una rápida sonrisita, él correspondió aquello con cierta incomodidad.
Esa fue la primera vez que deseé ser mayor. De serlo, ¿qué habría pasado entre nosotros? ¿Hubiera pedido mi número? ¿Él acaso continuaría seduciéndome... y yo seduciéndolo a él?

... De la vida.

Aún me queda la opción de amarte, y lo confieso...
... es mi opción favorita.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La música del silencio.

  

  Aún soy capaz de escuchar las teclas de mi piano sonar, primero Do, luego Re, luego Mi... Fa nunca sonó, y es que antes de que pudiera llegar a ella, tú soltabas tu guitarra y me robabas un beso, uno de esos que de alguna forma siguen el rítmo de la música del silencio...
   ... y es que aprendimos a considerar al silencio como música, pues era mucho más el tiempo que pasábamos componiendo que el que pasábamos en silencio.
   La escena era siempre la misma, tú en el sofá, yo en mi banqueta, sólo los acordes eran siempre distintos. ¿Cuántas veces me escribiste Te amo sobre las líneas de un pentagrama y como un niño jugueteabas con el sonido de cada mañana?
   Aún recuerdo el dulce sonido de tu música, tus manos en movimiento, domando aquella sonífera guitarra española. Nunca te gustó leer mientras tocabas... y la canción se te olvidaba, pero tú sólo improvisabas.
   Y yo en mi oscuro rincón, dibujando claves de sol sobre una canción escrita por los dos, escuchando la marcha de tu melodía, deteniéndome unas dos o tres veces para mirar através de la ventana y tú siempre me preguntabas: ¿Cómo suena? Y yo sólo te sonreía, pensando que aunque lo intentara, no sería capaz de hallar una palabra indicada para describir tu gloriosa música.
   De vez en cuando la música del silencio sonaba: Tu pie golpeaba el suelo cuatro tiempos, mi lápiz sobre el papel componiendo, los autos rugir en la carretera y los gritos... los gritos de tu guitarra y las quejas de mi piano, que con decepción le decía a tu instrumento: Qué mal acostumbrados estamos.

Eres hombre muerto.

                                              
   A veces creo no conocerte, ya sabes, es duro el invierno cuando pareces buscar calor en otra mujer. A mí no me gusta ser la tonta que suplica, y su súplica es ignorada, y al ser ignorada... no hace nada.
   Tú, imbécil, rebelde sin causa, vas y vienes, pero nunca te quedas, llevas envuelto tu corazón, una capa de cemento y la otra de yeso, y me pregunto: ¿quién podría atravesar eso? Por eso he convertido mi amor en un agudo resentimiento, pero más lo siento, y de verdad lo siento, pero soy un demonio, gracias a ti, soy culpable, no estoy libre de manchas, estoy envenenada con tu veneno, tu dulce veneno.
   Sí, reconozco haberte perseguido, pero es doloroso para mis piernas, tengo algunas cicatricez que dejó tu veneno, y una que otra raspadura que me proporcionó tu corrosivo corazón. Tú no tienes piedad, idiota, tiendes a mentir y esperas siempre la verdad. Estoy conciente del perverso ángulo de tu crueldad y se ha quedado corto el sistema métrico para hacer justicia a tus mentiras ¿Sabes qué? Puedes hacer lo que quieras, pero recuerda mi nombre y sonríe. Falso, falso, eres la mentira con labios propios... y hablando de tus labios, creo que fue por allí que me envenenaste, esparciste tu basura en mi cuerpo y ahora no puedo dejarte, no puedo olvidarte, soy adicta, eres obsesión enfermiza, eres hombre muerto. Por tu veneno soy impura y mi cuerpo te llama y mis llamados no son escuchados. Me has infectado, y como estúpida he deseado volver a ser parte de tus errores y beber tu veneno através de tus besos...
   ... Eres hombre muerto si no regresas, TE LO ASEGURO. Serás hombre muerto.

martes, 13 de diciembre de 2011

... De la vida.

Me gustan los hombres que decididamente se dicen: Esa mujer va a ser mía.

lunes, 12 de diciembre de 2011

... De la vida.

Quizá peque de cursi, pero sé que seguimos siendo amigos. A distancia, pero amigos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

... De la vida.

Me gustan las fotos en blanco y negro,

porque tu sonrisa parece brillar aún más.

martes, 6 de diciembre de 2011

Palabras ocultas.

     

       Ya no me resulta efectivo intentar esconderme bajo la sombra de mi falsa indiferencia, si entre líneas siempre encuentro oculto tu nombre y tu presencia, como algo por lo cual lucho cada día para deshacerme de él y así, con su inocente naturaleza, revolotea de nuevo hasta mí, dejándome sin ganas de volverlo a intentar y haciéndome enormemente feliz. Como un secreto, como un susurro que lleva por nombre tu nombre y va dirigido a nadie exactamente... Por muchas razones, ya no me quedan fuerzas para articular otro adiós, falso e indefenso, desganado y entre dientes, y me pregunto: ¿cuándo estaré hablando en serio? Si ni yo misma entiendo cuándo miento o cuándo digo la verdad, y es que he aprendido a darle tan poco significado a las palabras, que las uso como vanas formas de comunicación, creyendo que, diga lo que diga, las personas a mi alrededor siempre harán lo que se les venga en gana. Como tú, que aún cuando me comunico contigo, hablándole al lóbulo de tu oído, esparciendo mi aliento en tu mejilla, muy cerca de lo prohibido y lo prohibido eres tú, tú pareces no entenderme, y es allí cuando entiendo qué vagas pueden llegar a sonar mis oraciones si son emitidas con un agudo silencio interno, si al decirlas, esperas no ser escuchada y tu cuerpo se detiene en espera de que todas las mentiras sean capacez de construir una verdad absoluta, esa que no podrá decirse, pero que va oculta en mi mirada al decirte de nuevo adiós. Y justamente será adiós la palabra equivocada para la ocasión, y es que tiende a estar fuera de lugar cuando lo que de verdad quieres decir es: Quédate junto a mí.

martes, 29 de noviembre de 2011

... De la vida.

¡FELÍZ DÍA DEL ESCRITOR!


... porque escribir es sólo el sinónimo de pasión.

viernes, 25 de noviembre de 2011

... Curiosidades: Travesuras de colegiala.

     De nuevo los recuerdos.
     Ahora me acuerdo de cuando me convertí en una temible acosadora, jajaja...
     ... Había un niño en 7mo grado y mi amiga y yo lo perseguíamos por todo el colegio estando ya en los grado más superiores. Lo cierto es que nos divertíamos mucho, reíamos hasta el cansancio y ni siquiera sentíamos verguenza. Bueno, yo no lo hacía, fui yo quien la condujo a hacer esas locuras. Ahora sólo me río, y es que el niño era una versión pequeña de un actor que me encanta.
     Recuerdo una vez estar en su salón, el niño ni siquiera nos prestaba atención y nosotras estábamos empeñadas en hacernos notar, ya saben, preguntarle su nombre, conocerlo.
     ¿Qué se nos ocurrió?
     Nos inventamos una de esas en que el zarcillo se me caía y él debía agacharse a buscarlo para mí. Era un buen plan... pero no salió muy bien. Él ni siquiera se percató de que se me había caído y yo tuve que buscarlo por mi cuenta.
     Qué tontería, ¿no? Pues lo peor no fue eso, a penas miramos hacia arriba, vimos a uno de nuestros amigos de un grado superior mirándonos sorprendido y muerto de risa ante nuestra absurda escena.
     Aún me río de aquella época, de las locuras que hice tan sólo en busca de diversión, como una típica colegiala llena de vida.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Nuevos síntomas.


     Sin darme cuenta, empecé a hablar en plural y tenía varias sonrisas de más en el día. También peinaba mi cabello unos segundos más de lo normal y me di cuenta de que empezaba a mirarme en cada espejo que veía. Con cierto humor acepté que tardaba más escogiendo qué usar y con amargura admití que ya no dedicaba tanto tiempo a mis amigos. Los cds de Rock que antes no dejaba de escuchar, fueron sustituídos por unas misteriosas baladas y en el lugar de mi despertador, estábamos tú y yo retratados.
     Casi de inmediato comencé a pensar sólo en una persona y cuando nombraban algo con respecto al amor, esa persona palpitaba a través de mi corazón. Sustituí el lápiz labial por humectante y miraba más de la cuenta mi celular. Me irritaba discutir con una persona en especial y en cambio me quedaba a ver sus fotos en Internet. Rápidamente, me convertí de ser la niña buena de papá y mamá a ser la adolescente sospechosa y sonrojada. También me torné sensible y mandona, y lloraba por cada esquina de mi casa cuando se me prohibía salir. De no haber conocido a esa persona, no me hubiera enterado de lo celosa que puedo llegar a ser. En cuestión de segundos, un nuevo cumpleaños se integró a mi almanaque y para mí era muy importante, como ese 17 de agosto en que todos estos síntomas se tornaron "legales".
     Sin percatarme, ahora usaba una nueva frase: "Te presento a mi novio".

Olvidar a un gran amor.

El amor, el amor es tan extraño, es un concepto tan complejo y muchas veces está errado. El amor es tantas veces malinterpretado y cuando no se sabe dar, es dañino, es tóxico, es veneno.
Conocí sólo una vez al verdadero amor y lo dejé ir, quizá por principiante, quizá por complicada. ¿Cuántos días serán necesarios para olvidar la ida de mi amor y la dicha que tanto extraño?
Para mí el amor aún me sigue intrigando, es un misterio, merece un manual aquel que no lo ha sabido dar. El amor es un regalo, nadie te lo ha pedido, pero tú estás dispuesto a obsequiarlo.
Qué ironía, con qué voluntad accedemos a enamorarnos y cuando nos vemos obligados a olvidar, ¿a dónde se ha ido esa voluntad?
Conocí una sólo vez al verdadero amor y lo dejé ir, quizá por egoísta, quizá porque en realidad no lo amaba.
¿Cuántos minutos tardaré convenciéndome a mí misma de que está bien así?
Para mí el amor sigue siendo importante, aunque lo dañe con mis acciones y aún así prefiera no demostarlo con palabras. El amor aún no me define, porque el amor es una mezcla.
El amor es tan extraño, aún trato de entenderlo, pero cómo ha empezado a gustarme la lógica y es que el amor no la tiene.
Conocí sólo una vez al verdadero amor y lo dejé ir, quizá por indiferente, quizá por independiente.
¿Cuánto tiempo se toma olvidar a un gran amor?

... De la vida.

Sí, ser sólo amigos está bien por ahora.

POR AHORA.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cuando estás distraído.

      Me gusta cuando estás distraído y jugueteas con mi cabello, porque luces absorto en un juego que no tiene ninguna complicación, que tú mismo creaste y donde tú has puesto las reglas. Me gusta porque eres sincero y muchas veces no te percatas de que te observo.
      Me encanta cuando me escribes cursilerías en inglés y al entregármelas, cuando te sonrojas al punto de ya no ser capaz de esconderlo.
      Me gusta cuando dices que nada está perdido, que mientras nos tengamos mutuamente, todo será más que suficiente.
      Me gusta tu apellido y lo quiero como el mío y también me gusta cuando mi nombre se pasea en tu boca, pero aún más me gusta cuando estás distraído y levantas un poco tu mentón, cuando en el trasnscurso de esa acción, me lanzas una de esas miradas pícaras que sólo tú sabes fabricar y sonríes... sonríes para mí como si el hecho de verme allí frente a ti te hiciera el hombre más feliz del mundo.
      También me he enterado que le dices a tus amigos que estás enamorado, por eso me encanta cuando te atrapo distraído, porque te he visto nervioso, buscándome entre la gente cuando vamos al cine, con la mirada radiante, lleno de preocupaciones.
      Cuando estás distraído me encanta observarte, porque pareces no poder esperar a mañana y, como un niño, te entretienes con cualquier cosa. Me gusta cuando me abrazas y de nuevo juegas aquel juego tuyo con mi cabello... yo sólo te observo y es que para ti tu juego es tan largo, tan profundo, tan serio, que mientras lo llevas a cabo yo sólo te investigo, estando entre tus brazos, tus dulces brazos.

... Música, ¿cómo vivir sin música?


Mariana Vega,

nuevamente lo ha hecho y ha creado una canción relajada, con una buena historia y que me ha encantado.
Muchos pueden sentirse identificados con esta canción.

Pregúntale por mí.

... De la vida.

Era más fácil quererte cuando también lo hacías.

domingo, 20 de noviembre de 2011

... De la vida.

A ver, intenta conquistarme....


... Dime cuando acabes y te diré cómo te fue.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Guardia baja.

- Baja la guardia, casanova, ¿qué estás buscando a estas horas? ¿quién te ha dejado entrar y por qué me sigues sonriendo de esa forma? Como si nuestro pasado no hubiera existido jamás y de la nada volviéramos a ser grandes amigos, apasionados amantes, cómplices de un trágico destino, compañeros de tragos.

- Hoy es una noche especial.

-¿Quién lo dice?

- Que la luna te lo diga. ¿Por casualidad no te susurra fríamente al oído que tu absurda actitud a la defensiva se ha tornado ofensiva e hiriente para mí? Parece como si hubieras olvidado en un arrebato de falsa sensatez nuestro eterno pasado, pero no logras engañarme a mí. No a mí, así que no intentes hacerme sentir culpable, mi amor, ¿cuándo tus vagas técnicas han funcionado con este hombre que hoy acusas de ser un casanova?

     Ella bajó la mirada, desconcertada ante el discurso del que no hace más de un año era llamado por ella misma su "fiel compañero".

- Has dicho especial- farfulló, retomando su característica dureza, esa misma que seducía al hombre frente a ella-, ¿qué es especial?

- Especial es especial.

- Baja la guardia, estamos en confianza... Aunque ya nos hayamos hecho daño, aunque que ya no perdamos el tiempo besándonos, aunque lo nuestro quedó marcado en nuestra historia como un divertido pasatiempo, como una lección casual de flirteo, aún puedes confiar en mí.

- ¿Acaso se puede confiar en el fuego siendo una trozo de papel?- él sonreía, siempre lo hacía-. Ese era tu problema, querida mía, el exceso de desconfianza. Resistías despierta hasta el amanecer observándome con una mirada morbosa, todo para asegurarte de que no huyera en medio de la noche y tú quedaras como una doncella más que al entregar su cuerpo en una noche, lo recibía de vuelta con la misma rapidez.

- ¿Acaso podía confiar en un hombre que parece sonreírle a todo lo que se le ponga en frente?

- No te pedía tanto entonces... ¿pero al menos soy merecedor del beneficio de la duda? Por más arrepentida que te sientas, siempre seré ese hombre al cual vigilabas luego de haberme besado en cada esquina de tu casa. Yo nunca te robé una sóla caricia, tú me las regalaste todas. ¡Qué fácil!

     Ella se adelantó hasta él y posó la punta de su cuchillo en ese cuello bronceado y áspero que más de una vez mordisqueó con sus propios dientes.

- ¿No es el ser humano libre de tomar sus propias decisiones? ¿Por qué no negarse a ser tratado como el juguete de una mujer? Si yo soy fácil, tú necesitabas con urgencia un poco de afecto.

     Él tomó el brazo de su antigua compañera y lo bajó rápidamente. Su pecho hacía contacto con la espalda de ella. Ese par de viejos amigos que eran sus corazones, bombeaban sangre al ritmo de la química que hacía leves explosiones en sus interiores.

- Entonces hay que ver cómo sabes dar afecto, mi amor- le dijo él robándole un beso a su antigua amante.

     Ella lo alejó y le preguntó:

- ¿Por qué actuar como lo hacíamos en el pasado?

- Tú sólo bajaste la guardia y yo me vi tentado, ¿no era así en el pasado?

- A veces es bueno recordar...

viernes, 11 de noviembre de 2011

Es tu culpa.

    

     Lentamente deja caer tus mentiras, quédate con tu indiferencia preventiva, con los besos repartidos en mis mejillas y las lágrimas falsas que derramabas mientras me iba. De espacio, déjame ofrecerte mi despedida, cargada de rabia y amor, de alegría y desazón... de odio y rencor. Acércate, regálame cinco minutos de tu tiempo y, mientras te veo, deja caer tus máscaras, la que parecía amable, la que me besaba, la que me abrazaba y la que decía que me amaba. Sólo sé tú mismo y, sin prisa, escúchame atentamente, mírame... mira en qué te has tornado.
     Eres una mezcla oscura, como el traje que viste el cielo en nuestra despedida. Eres incierto, como las estrellas, lejano como el universo. Eres una incertidumbre. Eres inexorable como ese "Hasta luego" que articulaste cuando te di la espalda y que a mí me pareció más bien que sonó como un "Adiós"; eso me estristeció, pero ¿cuánto más podía seguir aguantando?
     Poco a poco observa cómo me alejo, ¡cómo deseo saber lo que sientes! Si te agobia ver cómo me pierdes, si aunque sea sientes el roce lacerante de mi partida, que te carcome el corazón, que te señala como el culpable, que suavemente escala tu espalda y te susurra a oído: "Es tu culpa, es tu culpa".

domingo, 6 de noviembre de 2011

... De la vida.

Se está tornando obsesión esa manía tuya de querer saberlo todo sobre mí.

Estoy segura de que, si me tomara un foto con el sol, tú irías hasta él para asegurarte de que no se enamorara de mí.

Amor inexperto.

    

     No soy una persona popular, pero al menos sé que eso no tiene importancia, siempre y cuando tú sepas quién soy. Tampoco hay algo que me haga resaltar entre la muchedumbre, pero la vida me enseñó que sólo debo preocuparme porque tú no toques el hombro de otra mujer por equivocación. Sé que no soy muy inteligente, sé leer y escribir bien, además me gusta hacerlo, pero no sé nada de matemática ni historia, eso se debe a que a veces soy un poco vaga y dormilona; de vez en cuando me doy cuenta de que quizá me interese mucho lo que los demás piensan, ¿pero no está eso mal? Dímelo tú, que no te ves afectado, tienes una máscara invisible... pero ni eso puede ocultarte por completo, a veces veo esas miradas tuyas que vienen dirigidas a mí y que, al final, se deciden por otra dirección por pura timidez.
     Qué frustrada me haces sentir. En el pasado he rechazado a algunos hombres, eso no me hacía sentir bien, pero al menos sabía que hacía lo correcto, pensaba en que, sin dudas, el indicado llegaría... y llegó.

     Quizá esté equivocada.
¿Seguiría siendo el indicado aún y cuando éste hace todo lo posible por evitarme?
Han pasado cuatro años desde que te conocí y aún me siento en el mismo lugar, seguimos tan lejanos como lo están la luna y el sol, sólo que más enamorados. Qué absurda historia de amor, si pudiera hacerte llegar este escrito, entonces vería qué podría pasar, pero al tratarse de ti y de mí, quizá Nada sería la respuesta. A veces creo que me temes, que no confías en mí, que me ignoras porque de verdad que no me soportas o porque quizá sólo se te hace más fácil... pero la tonta enamorada dentro de mí se niega, la tonta enamorada suplica afecto, la tonta enamorada espera en silencio.

      Ya lo sé, tengo mal carácter, pero ¿eso debería importarnos? A mí no me molesta tu timidez...
... ¿a quién engaño? Es una tortura diaria, algo que no quiero recordar, algo que cada mañana en medio del desayuno me quita el hambre... y yo sólo te veo pasar, encerrada en mi orgullo y en mi miedo. ¿Y qué he hecho al respecto?
     Sé que no te he demostrado cuánto me importas... pero, ya que hablamos de eso... tú tampoco lo has hecho y la verdad es que empiezo a creer que ya no te importo para nada.

Carta para mi "hombre indicado".

Este escrito va dedicado a ese par de tontos enamorados,
inexpertos y tímidos que aún no confían lo suficiente en el criterio de su corazón.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Veintitrés años.

      Han pasado veintitrés años desde que decidieron unir sus vidas con el matrimonio y ambos siguen amándose, aunque no lo demuestren públicamente y tiendan a llamarse por sus nombres; lo cierto es que nunca han sido muy demostrativos, creo que prefieren estar solos, pero aún así no pueden evitar que las miradas se hagan notables, que las caricias y las risas tengan dobles sentidos, que el haber pasado por tantas dificultades los uniera aún más, ¿y qué puedes esperar si están juntos desde que son adolescentes? De vez en cuando, al abandonar mi habitación y escabullirme hasta la de ellos, cuando la misma cobija que los cubre a ellos cubre mi cuerpo, puedo ver que ella lo observa sonriente y le acaricia la barriga y el bigote como si no quisiera perderse de nada, sus ojos verdes brillan, son dos enormes estrellas a la espera de una mirada de él, que con tanto orgullo la rodea con sus brazos y se deja dormir en su regazo. Yo sólo los observo, en silencio, como si no hubiera visto nada... es en esos momentos cuando me doy cuenta que el matrimonio es uno de los inventos más complicados y difíciles de sobrellevar, pero que, al llegar la noche, al llegar ese momento en que puedes recostarte junto a tu esposo y rodearlo con tus brazos, estrecharlo junto a tu cuerpo y juguetear bajo las sábanas, todo parece perfecto, las cosas parecen tomar un rumbo, te invade un silencio lleno de paz, se siente a ese antiguo amor tomar la habitación y transportarte.
      Ellos siempre ríen... y pelean, pero sobre todas las cosas ríen. No es perfecto, pero díganme: ¿qué cosa lo es en el mundo? Siempre he tenido esta idea de que cada uno depende del otro. Él ha sido el único hombre en la vida de ella y se nota, porque cada noche ella le acaricia la barriga y el bigote como si no quisiera perderse de nada.

martes, 1 de noviembre de 2011

... De la vida.

Sí, dándome por vencida logré varias cosas...

... el fracaso y la decepción.

... De la vida.

¿La pregunta es si te amé alguna vez?






Mi respuesta es: No. Te sigo amando.

... Curiosidades: Mayo, Junio, Julio y... ¡¿Noviembre?!

¡Bienvenido, Noviembre!

¡Ay! Qué ganas tenía de que llegara este mes.
Siempre me ha gustado Noviembre porque es el penúltimo mes del año, porque está entre Halloween y Navidad, porque las tiendas empiezan a llenarse de decoraciones navideñas, porque es el cumpleaños de mi hermana, porque siento que casi es Navidad, Y POR CIERTO, ME ENCANTA LA NAVIDAD, porque me compro ropa y, sobre todo, porque mi musa como que se vuelve loca.

¡Qué agradable suspiro acabo de liberar! Son las dos de la mñana y me he puesto algo nostálgica (y eso que apenas es primero). Resulta que este año he dejado muchas cosas atrás, muchas etapas que, en algún momento de mi vida debía superar, fueron superadas, con mis ojos llenos lágrimas, con mi boca llena de palabras que jamás me imaginé diciendo, con mi carácter fortalecido, con una inmensa sinceridad conmigo misma. Quizá estos último meses fueron los más reveladores de mi vida, tanto como recuerdo que fue el año 2009. Recuerdo Junio y sus buenas noticias, Mayo y sus regalos y sobre todo recuerdo a Julio con sus despedidas y sus decepciones... ay, qué despedidas.

Una decisión, dos hombres.

     No sé qué es lo que pasa conmigo en este momento de mi vida, empecé a sentirme perdida de repente. Nunca, desde que ellos llegaron a mi vida, supe sentirme segura de nuevo con alguna decisión... y si tenía que escoger a quién acudir, entonces simplemente no podía. Me veo ahora tan perdida, como cuando debes abrir una puerta que, o bien puede abrir tus caminos, o puede cerrarlos para siempre en un instante. ¿Hacia qué dirección debo ir? No es de sabios apresurarse, pero el tiempo ha seguido corriendo en mi reloj, las ansias ya casi son insoportables, la duda permanente, el intentar dividir mi cuerpo en dos y darme cuenta que jamás será suficiente. ¿Qué he estado haciendo? Sólo fui yo mientras conversaba con ellos, sólo seguí siendo imperfecta y natural, ruidosa y algo egocéntrica, pero aún así: ¿cómo pude desatar el amor más apasionado en dos hombres tan diferentes? ¿en qué momento ellos hicieron del destino una enorme casualidad?
     ¿Y yo? ¿En el medio? ¿qué mujer se merece esto? Entonces, por favor les pido que no me hagan sufrir, hay tantas cosas que los unen, pero ustedes se han encargado durante toda su vida de buscar mil razones que los separen y  al hallarlas no hacen más que hacerse daño.
     No sé qué pasa conmigo, sólo sé que cuento con ustedes... por ahora no me hagan tomar una decisión, tan sólo bríndenme su apoyo y, si alguna vez se llegan a cansar de mí, aléjense, así no tendría que elegir entre dos maravillosos hombres.

jueves, 27 de octubre de 2011

... Curiosidades.

He descubierto algo... o a alguien, para ser más específicos.

     Resulta que se parece tanto a mí que he llegado a tener pesadillas por las noches y he creído que me han robado mi individualidad... pero dejando eso de lado y luego se superar la parte traumática, me he dado cuenta de lo bien que se siente. Puedo pasar horas conversando con esa persona... pero sobre cosas que valen la pena ser habladas, yo doy mi opinión y él la suya y cómo me río cuando me doy cuenta de que coincidimos en casi todo... ¡Puff! Coincidimos en todo.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Aprendí.

     Aprendí a valorar cada caída, a sonreír mientras sanaba, a llorar mientras nadie me veía. Aprendí a ser fuerte siendo débil, aprendí a ser valiente sintiendo miedo, aprendí a valorar las cosas cuando ya lo había perdido casi todo y entonces me pregunté a mí misma: ¿Qué estás haciendo con tu vida?
     Quise aprender a ser fuerte, pero terminé dándome cuenta que estaba equivocada, que ser fuerte no era ser orgullosa, que se llora cuando se está tiste y se sonríe cuando se es feliz. Aprendí a querer sin medida, cuando las personas a mí alrededor marcaron la medida, y ésta era el Infinito. Aprendí a mirar cuando eras tú lo que miraba y entonces pude encontrar mi propia paz. Aprendí a perder luego de ser vencida, aprendí a vencer luego de haber perdido. Aprendí a buscar cuando no encontraba nada y me di cuenta que, lo que busco, siempre aparece cuando la esperanza está apunto de abandonarme, ¿será por eso que dicen que la esperanza es lo último que se pierde? Aprendí que a veces debía mentir, si eso no lastimaba a nadie. Aprendí que cada día era una nueva oportunidad, cuando pensé que ya no tenía más. Aprendí a tener fe, cuando sentía que me arrebataban una parte de mí y entonces convertí mis lágrimas en oraciones y mis pensamientos en canciones. Aprendí que nunca debía darme por vencida, cuando, por inocente, lo hice y me di cuenta de mi error.
     Aprendí que, si hay algo en la vida que no puede recuperarse, es el tiempo y desde entonces he querido aprovecharlo al máximo, haciendo lo que me apasiona, diciendo lo que siento, creyendo en lo que tengo, luchando por lo que creo. Aprendí que el amor es difícil, pero que jamás llega a cansarnos. Aprendí que luchar por mis sueños me hace una mejor persona. De mala manera aprendí que es mejor evitar que enfrentar, que es más divertido saber la verdad cuando te dicen una mentira, que la vida continúa a pesar de todo, que no es de inteligentes llamar la atención. Aprendí que debo ganarme el respeto de las personas siendo respetuosa y que debía tratarlos tal cual como me gustaría que lo hicieran conmigo. Me di cuenta que ninguna familia es perfecta, pero que para eso somos una familia: Para apoyarnos. Aprendí que hay discusiones que no pueden arreglarse, pero que ambas partes son culpables. Aprendí que, en la vida, a veces es bueno ser terca, y que debía resaltar por mis habilidades y no por mis debilidades. Aprendí a ser maliciosa, porque mi padre siempre me lo decía. Aprendí a valorar la vida, cuando estuve apunto de perderla.

Entonces, mi pregunta es: ¿por qué el ser humano decide hacer algo al respecto cuando ya se ven sus oportunidades acabadas?

... De la vida.

Cuando más imposible parece mi sueño, más me aferro a él

lunes, 24 de octubre de 2011

... De la vida.

Yo creo en las casualidades tanto como creo en la política...

... es decir, NADA.

Tan sólo tú.


     Aquí estoy de nuevo, ante ti, gobernada por mis nervios, azotada por la lluvia, en medio de la calle desierta, la ropa empapada, el cabello hecho un desastre, el maquillaje corrido y cierto nerviosismo, mi reloj no era a prueba de agua, mi cuerpo temblaba a causa del frío, pero aún así no estaba dispuesta a moverme; había llegado tan lejos por ti, para capturar este instante en mi cabeza y no dejar escapar ni el más mínimo detalle. La noche estaba ligada a un intrigante misterio, ¿cómo llegamos a este punto? ¿cómo dos personas que se conocen tanto no pueden tener idea de lo que hará el otro en un momento tan importante? ¿Cuándo te volviste insondable para este par de pupilas mías que no han hecho más que observarte desde que te cruzaste en su camino?
     Pero... ¿tú que pensabas? En ese instante, a pesar de que era un desastre masivo, ¿pensabas que era ese el momento perfecto? Bajo la lluvia, eso podía ser romántico, pero creo que eso no dependía del ambiente, si no de nosotros mismo, que nos mirábamos con impaciencia, como si jugáramos un juego en cámara lenta.
     La lluvia no cesaba, oía cada gota chocar contra el pavimento y expandirse bajo la suela de mis zapatos, oía mi corazón desbocado al song del viento que mecía dificultosamente mi cabello... A ti te tenía en frente y, aunque desconocía qué había más allá de esta calle o si quiera tenía idea de la hora, tú eras mi más enorme misterio de la noche, temblando, respirando sigilosamente, naufragando en una lluvia de dudas, inmerso en pensamientos que desconocía y hoy lo sigo haciendo, pero siendo el único alrededor, siendo lo único que yo quería ver e ese instante, siendo tan sólo tú.
     Y todavía recuerdo esa noche como si hubiera sido ayer: Mi primer beso, nuestro primer beso.
     Se había sentido tan sublime, tan perfecto, tan corto y adictivo y yo sólo me preguntaba si cada beso sería así por siempre, si siempre se sentía este encanto inmediato y ese mareo desvergonzado... o sólo esto pasaba contigo. Lo cierto es que nunca lo supe y, a estas alturas, creo que nunca lo sabré... pues no he probado ni probaré otros labios aparte de los tuyos.
Yo me quedo con esos que me regalaron mi primer beso,
nuestro primer beso, esos que me das tan sólo .

... De la vida.

El amor es así, cuando parece haberse ido, regresa... y con más fuerza.

sábado, 22 de octubre de 2011

Caminos separados.

     Acabaremos siendo los más idiotas de nuestra propia historia, tú irás de fiesta en fiesta sonriéndole a varias mujeres, sacando a lucir tus dotes de pendenciero y harás eso que tan bien sabes hacer: "Sonreír", darás respuestas pícaras a preguntas regulares y, al llegar a tu casa, dormirás toda la tarde y en la noche serás el mismo....
     ... ¿yo qué haré? "¡Leer un libro!", dirías tú, haciéndolo sonar como la cosa más aburrida del mundo, pero sí, creo que eso haría, o tal vez vería una película de amor, esas en que no sabes si los protagonistas quedarán juntos o no y ya tú sabes más o menos lo que pasará con los personajes secundarios.
     Esos serían nuestros caminos separados.
     Odiándonos.... no, no a nosotros, a lo que el otro desata en cada uno. Odiaremos esa maldita química, esa dañina dependencia, el calor obsesivo de nuestra pieles, los besos ásperos de nuestros labios, la pasión desmesurada, las peleas que nos propiciaban maravillosas reconciliaciones, y seremos un  par de mentirosos, tan idénticos al montón, seremos otra de esas parejas que tanto se aman y tantas excusas de porquería tienen para no estar juntos, seremos lo que siempre odiamos, lo que nunca seríamos, seremos lo contrario a ese "Por siempre estaremos juntos" que tanto me prometiste y al que tanto irrespetaste.
     Eso éramos los dos unidos: Un desastre. A veces era bueno ser un desastre, mutuamente nos arreglábamos, pero empezó a aburrirnos, empezaba a reír sin ganas y los Te amo hoy se tornaron Te amaba, eso era lo que te decía... y qué absurda, y tú qué rebelde.
     Sí... ahora que ya no estás, leeré más libros de mi biblioteca.
     Esa soy yo sin ti...
     ... y yo ya no sé cómo eres tú sin mí.

martes, 4 de octubre de 2011

... De la vida.

     Una vez le escuché decir a alguien que decía amarme: "Sino estás conmigo ahora, tengo miedo de que decidas estar con el primer idiota que se atraviese en tu nueva vida"... y yo hoy le callo la boca.
 Te amo...

jueves, 22 de septiembre de 2011

... Música, cómo vivir sin música.


Lasso - No pares de bailar.

Talento venezolano.
Un ritmo fresco. Me ha gustado su estilo... bastante original.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Anónimo.

     Las cartas que escribí, los sentimientos que sentí, las miradas que lancé al viento para deshacerme de ellas y justamente llegaron a ti, una vez tras otra, enloqueciéndome. Nunca te dije mi nombre, y es que preferí vivir en la sombra de tu sombra, en el anhelo de un amor casi prohibido, en la esperanza rota de quien oculta su identidad, en un anónimo escrito en grande, en una dedicación directa y una poeta indirecta; convertí mi amor por ti en una película de suspenso y hoy me arrepiento: El miedo, la angustia, ser quien soy y es que... ¡Qué idiota soy! Andar por allí avergonzándome de lo que soy no está bien, pero este sentir no lleva nombre y sólo lo conozco yo misma, ni siquiera tú que has sido la razón que desató mis lágrimas, el misterio, el motivo casi taciturno de una noche pensante, la herida de un dolor que no cesa y los quejidos reprimidos de un herido que no usa las quejas; es un dolor anónimo, es un escrito anónimo y tengo la certeza de que mi nombre ya no importa, sólo el sentimiento preso, las ganas de entregarlo, no importa quién sea yo entre tanta gente, sólo importa que una vez te amé y hoy he decidido no ponerle nombre a ese cariño, simplemente dejarlo pasar como una hoja que cae en el otoño, como una lágrima que un desconocido derrama, como el lienzo de un artista sin sueños... No importa cómo luzcan mis ojos que te han llorado y mis labios que han sonreído por ti, sólo importas tú, por eso he decidido hacer esta confesión anónima.

Atentamente,
Anónimo.

... De la vida.

Si vas a darte por vencido, no eres digno de mirar hacia atrás.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Quiero, pero no puedo.

Quiero desintoxicarme de ti. Quiero que aquello que una vez tuvimos sea lo que el viento se llevó. Quiero irme de aquí y pasar desapercibida. Quiero no ser el fanstasma de lo que fuimos y dejar la puerta abierta, sólo para ver si eres capaz de regresar.
Quiero tantas cosas... pero no puedo. He querido volver a sonreír y sólo he vuelto a llorar. He querido no pensar más en ti y tan sólo he logrado pensarte más. He deseado desechar tus regalos y me he quedado toda la madrugada observándolos. He escrito más de veintitres poemas que entre líneas llevan tu nombre. He leído tu último mensaje como esperando el primero luego de separarnos. He sido dura conmigo misma, pero en este tiempo he querido no extrañarte más, y tan sólo termino extrañándote aún más.
Dejaré mi puerta abierta, para ver si algún día decides regresar, dejaré de ser mentirosa y doblegaré mis temores. Te recibiré con los brazos abiertos y ya no habrá quejas.
Quiero desintoxicarme de ti, pero no puedo. Quiero cambiarne el nombre, pero no puedo. Quiero hacerte a un lado, pero sólo si ese lugar es a mi lado. Quiero dejar de decir tus lemas, olvidarme de tantas fechas, cerrar algunos tratos, olvidarme del pasado. Quiero estar contigo una última vez, pero sólo si "último" es el sinónimo" de "para siempre". Quiero ser fuerte, pero estoy enamorada. Quiero borrar tus huellas, pero no tengo una bomba atómica. Quiero ser una extraña para ti... pero sólo si luego volveremos a conocernos. Quiero decirte adiós, pero no puedo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

... De la vida.

Si volvemos a encontrarnos, sólo hablemos de ti.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Siempre te recordaré, amigo.

     Amigo, pasé tantos buenos momentos junto a ti, creo que no pude haber reído más, creo que no me pude haber sentido mejor acompañada, pero también creo que no pude haber sido más egoísta.
     Amigo, sí, eras un excelente amigo, pero cuando Navidad llegó y tuve que separarme de ti todo ese tiempo, pude darme cuenta de que era mucho mejor persona sin ti. Me dolió descubrirlo, sentí que debía alejarte o al menos seguir a tu lado, pero sin seguir siendo como éramos. Qué equivocada estaba, y es que era sólo una niña, tan inexperta, tan ciega, nuestra amistad fue, sin darme cuenta, lo que nunca había querido que fuera.
     Nunca te dije esto, amigo, pero el que nos alejáramos no fue culpa de nadie más que de mí; fue adrede, era yo buscando ser mejor... y sí, hubo ratos incómodos, conversaciones inconclusas, indiferencia, mentiras que tú dijiste y de las cuales jamás pude perdonarte, pues ya sabía las verdades... pero nada podrá borrar esos tantos buenos ratos compartidos, ese apoyo que te brindé en mi ignorancia, esa amistad de toda una vida, esa dicha de tenernos el uno al otro.
     Amigo, mira cuánto luchamos porque la vida y sus situaciones no nos separaran, y terminamos siendo nosostros mismos los que arruinamos todo. Mira cuánto maltratamos nuesta confianza.
     Siempre te recordaré, amigo mío, quizá con melancolía o quizá con satisfacción, pero te recordaré, porque siempre serás parte de mis recuerdos, de muchos de ellos.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

... De la vida.

Ah... conque así se siente estar enamorada.

... Curiosidades: Fragmentos.

- Nunca terminaré de agradecerte por esto- me dijo él lentamente, observando con admiración a sus dos bebés recién nacidos.

- Mi precio es tu amor- le aseguré.

- Disfruto cada minuto de mi paga- y me sonrió con picardía, pasando sus brazos por mi cintura.


Este es un pequeño fragmento de mi obra S. S, y quise compartirlo...

domingo, 11 de septiembre de 2011

... De la vida.

¿Qué es toda una vida?
Si jamás lograré encontrar alguien como tú.

Imágenes: Todo da como resultado yo pensándote.


"Pensar es lo mismo que pensarte"
Y esto se ha vuelto tan cierto en tu ausencia...

Nuevos comienzos.

Confieso que había perdido esperanza, pero entonces todo ocurrió muy rápido. Nos conocimos. No fue apropósito, no tuve nada que ver y estoy segura de que tú tampoco, fue tan natural, tan sencillo e indiferente, conocerte sonaba extraño, pues, de no haberlo pensado, siquiera me habría dado cuenta; pero llegaste en el momento justo, llegaste cuando creía imposible poder volver a sentir cariño hacia un hombre, llegaste cuando mi pasado ya estaba casi disuelto, cuando mis lágrimas se detuvieron y la nostalgia por lo dicho me resultaba una extranjera, quizá hace un largo tiempo ya estabas en mi destino, no lo sé, pero llegaste cuando te necesitaba, cuando era injusta conmigo y por tonta creía que ningún otro hombre me amaría, llegaste para dar luz y esperanza a mi corazón, sí... al órgano más ignorado de mi cuerpo.
Tú fuiste el primero que me dijo que "No", y yo estaba tan acostumbrada a ser complacida, luego supiste esperar a que estuviera lista para hablar y me escuchaste atentamente, te conté mi historia, mi vida, mis anécdotas de niña, mis sueños a futuro, mis hobbies, mis cosas, en fin; y tú sonreías con cada palabra, lucías admirado, y por un segundo dejé de ser egoísta conmigo misma y le pedí al cielo que nos mantuviera unidos, de una manera u otra, que no nos separara y tuviera piedad de un amor que apenas iba floreciendo. Fue la primera vez que pedí algo así. Tú también me contaste de ti; pero el tiempo se acababa y, para mi desdicha y quizá también para la tuya, debía volver al mundo real.... al mundoq ue antes era tan imperfectop y aburrido, a ese cruel lugar sin razones ni motivos, sin emociones y romance puro, sin hombres como tú, que se conocen sin ser planeado y se quieren sin ningún trabajo...

... Carta para un nuevo comienzo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Polvo.

     Entonces, ¿cuándo volverán a tener sentido las cosas? ¿cuándo se acabará el dolor? ¿cuándo cumplirás tus promesas?
     Fui más de una vez polvo, por tu culpa, nada sin que te enteraras, pequé por amor, por obsesión, por costumbre, yo qué sé... pero lograste volverme loca, sin mirarme, sin percatarte de mi existencia, sin dejarte conocer, me envolviste como una sábana, la más suave y extraña, la que cubría mis dolencias y calmaba mis temores, sin darse por enterado. Tenías esa mirada sutil bien ligada al color gris de tus mañanas, a las faldas rosadas de mi colección, a la soleada mañana de nuestra ralación. Fui tantas veces polvo, por ti, y tu fuiste inmenso sin mí, fuiste un reflejo feliz de mis libros, pero tú tenías algo que esas páginas no: Tú sí eras real. Gracias a ti viví mi gran historia de amor, pero fui hecha arena para que caminaras sobre mí, me asimilé al personaje principal de esas historias, pero tú eras parecido, con las miradas que te hacían ceniza, con los roces que me deshacían, con las frases que muy bien te describían, pero yo fui polvo una y otra vez, por ti.

... De la vida.

TENGO MUCHAS COSAS QUE CONTARTE.

jueves, 8 de septiembre de 2011

... Curiosidades: El balcón.


Vista nocturna de Maracaibo.
No sé qué tiene este lugar, desde aquí lo veo todo tan pequeño, quizá sea eso, quizá se trate de mí y sólo sea una tontería de escritora... o tal vez se trate de ese lugar: El balcón. Allí el viento sopla tibiamente de noche, te abraza fuertemente. De día el calor es insoportable, ¿y díganme en qué parte del Zulia no lo es?
¡Ya sé! Puede tratarse de las cortinas, tienen cierto aire romántico, cierto misterio, un embrujo. A lo mejor no sea válida ninguna de esas razones, pero cuando estoy aquí pienso tanto...
... pienso en las cosas que dejé atrás por decisión propia, pienso en las cosas que vienen, en las que viví, en las cosas que escribo, las palabras usadas, el sentido que les di y hoy hubiese preferido cambiar.
Desde aquí lo veo todo tan pequeño.
Quizá sea porque así imagino mis libros... o tal vez se trate de ese lugar: El balcón.

En el apartamento, un sitio colmado de inspiración.

Costumbre, no rutina.

     De un tiempo para acá he tomado esa costumbre de decirme a mí misma: "Serás grande". Me lo digo a cada rato, me hace sentir bien, me hace imaginarme cada uno de mis sueños cumplidos y mi gran expresión de algarabía estampada en la cara. A veces pienso que sólo cuento con esas palabras, nadie nunca me dice: "Hey, vas a ser una mujer exitosa, vas a cumplir todos tus sueños y serás cada una de las cosas que has soñado... ¡Y más!". Yo no los cuestiono, yo tampoco se lo digo a alguien en especial, ¿será eso efecto del egoísmo natural que todos llevamos dentro? No sé mucho de eso, no me he caído lo suficiente en la vida como para ya tener un sólo estilo para volver a ponerme de pie; aún no tengo costumbres muy arraigadas, vivo cambiando de parecer y creo que algunas veces digo lo contrario a lo que ya he dicho, pero me he jurado que mantendré esta costumbre, que no haré de esto una rutina, que voy a creérmelo como si fuera la primera vez, y así ya no necesitaré que nadie me lo diga, seré yo más que suficiente, seré yo cada vez más grande, llegaré a cumplir todos y cada uno de mis sueños, llegaré a mis metas, y aún y cuando lo logre, no me conformaré, seguiré diciéndomelo: "Serás grande"... y entonces tal vez, si funciona, recomiende a las personas que me rodean adquirir esa misma costumbre.

... De la vida.

Te juro que me iría hasta el fin del mundo para encontrarte, y cuando te encuentre, entonces tendrás que regresar conmigo.

martes, 6 de septiembre de 2011

... De la vida.

¿Es esto un juego? Entonces no voy a darte señales de vida.

domingo, 4 de septiembre de 2011

... De la vida.

Poco a poco nuestros caminos se separarán.

La fórmula para amarte y odiarte.

     A ti siempre te recordaré como el "chico malo", el compañero de aula mala conducta, el que no merecía mi confianza, el irrespetuoso, el volátil, el rebelde sin causa... Si llegas a leer esto, quizá sepas que es contigo y entiendas que yo también lo sentí, hablo de esa química extraña entre los dos, ese odio apasionado que sentíamos el uno por el otro y que a la vez se convertía en atracción, puro gusto por lo prohibido, pura insensatez de adolescentes, puro juego de niños, nada más, al menos para mí.
     No debería estar haciendo esto, pero es que siempre quise decírtelo y nunca fui capaz. Pero me aborrecías, y lo más seguro es que yo a ti también, pero ¿para qué negárnoslo? Había química; y si no era química, no sé qué era, ¿algún tipo de ciencia que convirtiera en atracción el odio?
     Deseo tanto que leas esto y que luego me envíes un mensaje preguntándome si el escrito trataba sobre ti, es que deseo tanto decirte que sí y no sé si es que se debe a que son las cuatro de la madrugada y me siento valiente, pero juro que no lo negaría, te diría que sí, ¿y qué pasaría luego? Creo que nada, tú con tu novia y yo con mis libros. 
     Quizá me atreví a escribirte porque, y esto es lo más posible, tal vez nunca vuelva a verte de nuevo... pero qué recuerdos me dejas y qué ganas de golpearte y besarte me dejó la escuela, qué ganas.

¡Ay, la escuela!

sábado, 3 de septiembre de 2011

... De la vida.

Y yo sufriendo por el otro... con un tipo así en frente.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Ya no creo en tus frases.

   Ya no creo que tus "Te extraño" vengan dirigidos a mí, tampoco tus "Te amo", ni los estados que colocas en FaceBook con fragmentos de canciones que hablan más o menos de lo mismo que nos pasó... y hace minutos descubrí que ya no creo en ti.
   Me dijeron por allí que conociste a otra mujer, quizá más bonita que yo, quizá con los ojos de color y más seguridad en sí misma, y tal vez sea por esta razón que ya no creo en ti. Y hablando de creer, creo que ya me olvidaste, creo que ya te aburrí, creo que buscas quien sustituya mi lugar, una más alta, una más delgada, tal vez no más inteligente, pero sí más dispuesta. Si me vieras no creerías esto: "¿Alana creyendo en rumores sin fundamento?". Eso no me enorgullece.
   No deberías de ser tan indiferente conmigo, idiota, si tú eres hoy, por tantas razones, una creación mía: Cuando descubriste que me gustaban los hombres que escribían bien, arreglaste tu desastroza ortografía, cuando supiste mi manía con las uñas, empezaste a tenerlas limpias todo el tiempo... ¿y qué hay de tu futuro? Quizá escogiste tu carrera porque te dije que allí te veía.
   ¿Qué intentas? ¿Confundirme?
   Lo cierto es que ya no creo en tus mensajes personales, ni en nada que venga de ti... ya no creo que me pienses, y cuando dices "Te extraño", sólo puedo pensar que se lo dedicas a esa otra, la del rumor. Ya no te imagino dedicándome tus frases.

... ¿Sabes? Y aunque no lo parezca, dejó de importarme hace ya varios meses atrás; pero me divierte pensarte, siempre lo ha hecho, ¡pensarte pensándome! ¡Já!
Sé que no me has olvidado, pero quiero que sepas que ya no planeo arriesgarme, y si llegara a arrepentirme de dejarte, créeme que no iría tras de ti, porque aunque sé que aún me quieres... ya no creo en nosotros, ya no creo en tus frases.


Ahora tus frases son eso...
una sombra.


Tres.

Casi siempre se trata del número tres:

Tres fueron las preguntas que me hiciste cuando me confesaste tu amor.
Tres fueron las sonrisas que me regalaste aquella loca tarde de abril.
Tres fue el número que escogiste en aquel absurdo juego escolar.

Tres de junio es la fecha de nuestro aniversario.
Tres fueron las lágrimas que de mis ojos brotaron cuando te perdí.
Tres fueron las palabras que dijiste antes de marcharte.
Tres minutos duró nuestro último beso.
Tres segundos fueron suficientes para que me dieras la espalda y desaparecieras.
Tres años me costó lograr olvidarte.
Tres semanas tardé en volver a encontrarte.

Y tan sólo tres días me valieron para volver a enamorarme de ti.

miércoles, 31 de agosto de 2011

# 1: La sombra de un hombre.

     Escuché una respiración lenta al otro lado de la sala, algo más como un aliento que moría o un anciano que se quejaba en el lecho de su muerte, eso me puso los pelos de punta; me mantuve tiesa en mi sitio esperando que alguna persona, quien fuera, irrumpiera en la habitación, con la voz llena de vehemencia o gritos hiperactivos. Era mi finalidad dejar de escuchar aquello, pero entonces todo sucedió muy rápido...


     ... Un hombre: alto, delgado, vestido de blanco y con ojos del color del carbón; salió impulsado de la ventana, esa que dejaba ver más de 200 metros de altura. El aire faltó a mis pulmones, me hubiese movido de donde estaba, pero desde allí él no podía verme y en lo profundo de mi alma, donde se aloja la esperanza, existía cierto sentimiento que confiaba en que aquel extraño hombre se daría media vuelta y desaparecería tal cual como apareció; pero no fue así.


     En la parte de afuera se oía el bullicio de la fiesta: Clase y categoría, ese era el tema, por eso llevaba un vestido largo, color bronce, más costoso que mi propia vida y un collar de diamantes que sólo Dios sabe de dónde sacó mi mamá. Aunque gritara, nadie me escucharía, aunque saliera corriendo, sabía que no llegaría lejos. El corazón se me detuvo en seco cuando oí los pasos pesados de ese ser aproximarse.


- Por tu cara- comenzó el misterioso hombre, acercándose a mí, examinándome, llenándome de temor y malicia-, deduzco que estás asustada.


- Qué empático- mascullé llena de ironía.

     Él rió, y entonces sentí como si una nube negra se posara sobre mí y volviera todo oscuro, como si, de un momento a otro, me viera obligada a pensar en cada momento de mi vida y su importancia... creo que pensaba que moriría en ese mismo instante. Estaba a la espera de que ese hombre me tomara por la espalda y me clavara unos colmillos afilados y perfectos en la garganta, o que tal vez se convirtiera en un hombre lobo y me comiera... yo qué sé. Su rostro era insondable, parecía un misterio andante, la sombra de lo que puede ser considerado un "hombre normal" para la sociedad, parecía que estaba aburrido de vivir, pero que le divertía asustar a las muchachas jóvenes como yo.

- Presiento que esto va a ser muy divertido- susurró, y su voz como un hilo era algo que fácilmente lograba erizarte los vellos de la piel, como un vago reflejo de vida.

     Yo no entendía nada, y para empeorarlo todo, el misterioso hombre me sujetó del brazo, me subió a su espalda y cruzó la habitación en menos de dos segundos. No me rehusé, sabía que aunque lo hicera no serviría de nada. Cuando estuvo frente a la ventana y la brisa fría de la noche sopló en mi cara, cuando pensé que moriría desde una altura tan atemorizante y ni siquiera tendría tiempo de despedirme de mi novio y mis padres, le hice una pregunta algo estúpida:

- ¿No hay otra forma de matarme?

     Él volvió a reír levemente, saliendo disparado por la ventana, y yo sólo podía pensar: "Que no se caiga, que no se caiga...".
     En qué tonterías se pone uno a pensar cuando piensa que morirá.

Tal vez contunúe, tal vez no.