miércoles, 27 de julio de 2011

Contra la ley.

     Sí, él me llegó como mandado del cielo, creo que ese mismo año dos Universidades me habían rechazado y, no quiero sonar arrogante, pero no estoy acostumbrada al fracazo, tenía el mejor promedio de mi clase, era responsable y leía, leía como nadie, deboraba libros, enciclopedias, diccionarios y revistas, todo lo leía y nadie me entendía del todo. Me sentía fuera de lugar y es que yo veía el mundo tan diferente, cada paso en mi camino era algo especial, cada preocupación, la lluvia, la música en sí, tocar mi guitarra, escribir un poema. Recuerdo que en aquellos años lo único que anhelaba era alguien que se identificara conmigo... y allí apareciste tú.
     Aquellos días eran pura soledad, no hablaba con nadie, la escuela se había acabado y mis hermanos y hermanas estudiaban fuera de la ciudad. No salía, siquiera me asomaba por la ventana, así que estoy convencida de que haberte conocido fue un milagro, una obra divina.
     No sé describirte muy bien, pero llevabas el cabello despeinado aquella noche, una libreta en la mano derecha y la mirada perdida en el horizonte. Esa noche salí porque llovía e intentaba recoger inspiración a partir de allí. Y tú sólo estabas allí, en medio de la calle, empapado, con la libreta hecha un desastre y con expresión indiferente.

- ¡Hey!- recuerdo haberte llamado, pero tú no escuchaste-. ¡Hey! ¡¿Buscas algo?!

     Entonces fue allí cuando te giraste hacia mí y sonreíste.

- ¡Ya encontré lo que buscaba!- gritaste.

     Dudosa, en total proporción, solté:

- ¿Me buscabas a mí?

- No, no... bueno sí, se podría decir, buscaba inspiración- y sonreíste, acercándote más a mi casa-. Para escribir un poema... y tú eres una chica bajo la lluvia, una hermosa chica.

     La casualidad me robó varias carcajadas.

- Excelente, no eres la primera persona que se ríe de mí y en mi propia cara- dijiste, algo ofendido.

- No, no, no. No me río de ti, me río porque eres idéntico a mí.

     ¿Un milagro? Sí.
     ¿Una bendición? Sí.
     ¿Que somos muy parecidos? Sí, pero vamos contra esa famosa ley... porque nos va de maravilla.

Carta para mi similar.

lunes, 25 de julio de 2011

... De la vida.

Saber que aún me quieres, me reconforta.

... De la vida.

Los hombres siempre se empecinan con la mujer más complicada y difícil.

sábado, 23 de julio de 2011

Si supieran...

     

      Qué idiota soy... extrañándote. ¡Puff!
      Y es que hoy por casualidad escuché esa canción y recordé un poco de todo, y me puse a buscar entre nuestras cosas y hallé aquella foto, y tu letra al reverso: "Te amo, y siempre será así".
      Si las cosas no se hubieran vuelto tan complicadas, aún estarías a mi lado, tocando la guitarra, hablándome en inglés y regalándome esas sonrisas tuyas que no se acaban.
      Si, desde hace tiempo, nuestra comunicación no hubiera empezado a quebrarse, entonces tal vez aún tú serías mío y yo de ti, y los celos, o la inminencia de sentirlos, no me amenazarían como hoy lo hacen... y no sentiría miedo, y aún te llamaría "mi amor, pues aún Te amo.
      Qué nostálgica me pongo cuando empiezo a pensar, y me hago a la idea de que hay un vacío y puedo llenarlo tan sólo con una llamada... pero soy tan orgullosa y según los que me rodean, les impresiona mi "gran fortaleza"... si supieran, si supieran que cada noche antes de dormir lloro tu ausencia, extraño el roce de tu piel y la mía y echo de menos tus miradas, esas que, antes de acabar con todo, estaban cargadas de amor y no de reproche, esas que me calmaban en cualquier preocupación y me ahogaban, me asfixiaban por ser eternas y acompañarme hasta casa cada vez que el día acababa. Si la gente supiera que más de una vez he estado a punto de caer en la tentación, y he mirado mi teléfono con ganas de marcar tu número una y otra vez. Su supieran... si me vieran cada mañana de cada viernes, entenderían que me va muy mal, que eran esos días en los que me leventaba a las ocho y tú traías el desayuno a la casa. Si me vieran, les asustaría y no tratarían de explicarlo todo con "un resfriado". ¡Ay! Si sintieran lo que yo siento, entonces sólo así entenderían... entenderían que me estoy muriendo.

viernes, 22 de julio de 2011

Así te conocí.

        Era uno de esos días lluviosos en Maracaibo, creo que fue un sábado o un domingo, saliendo del cine, aún con el sabor de las palomitas de maíz en la boca y con ganas de comer un dulce; estaba sola y me paseaba aquel centro comercial como si nunca hubiera estado en él antes, mirando vitrinas, escrutando dentro de tiendas e indagando la forma de vestir de una que otra maniquí; ¿conocen los Nerds? Esas pastillitas agridulces de Wonka que vienen en dos colores... pues las estaba buscando y sé que hace un tiempo atrás había hallado una pequeña tienda dentro del Sambil que los vendía, y allí estaba yo, sola, detrás de un dulce en específico, Venezuela contra Chile en la Copa América y se escuchaba el bullicio de la gente en el nivel feria; en fin, me había rendido, aquella tienda era pequeña, el tiempo corto, pues era el descanso del segundo tiempo, y debía irme pronto, pues no falataba demasiado para que la noche cayera y debía regresar a mi apartamente en taxi, y resulta que siempre desconfío de los taxistas... Vi a un asiático sonreírme, y me dio risa pues ellos me dan risa; también vi a un niño correr lejos de sus padres para mostrarles un peluche de Garfield en la vitrina de Beco o algo así... y es que, ya que lo recuerdo, era el día del niño y el Sambil estaba a punto de explotar.
        Entré a una farmacia, no sé si era Saas o Locatel, en fin, debió ser Saas pues Locatel es muy grande, pedí un helado: Crema Real... y el tipo en la caja había ido al baño y en la parte de atrás había un muchacho tranquilizando a los impacientes consumidores, y yo estaba allí muy tranquila, con mi helado en la mano, el dinero en la otra y cierto arrobamiento. En frente tenía a un señora de blusa roja, escandalosa como nadie, varios clientes se fueron y quedamos la señora, un Rasta o algo así y yo... y el chico de atrás, luciendo bastante calmado por sobre las quejas dirigidas a él, intentó calmar el ambiente luego de que le preguntaran por quintogésima vez: ¿Y no hay nadie que atienda la caja? Y el muchacho decía bien relajado: "El chico fue al baño, no aguantaba las ganas, pero ya viene", y yo esbocé una sonrisita, y el muchacho me miró y sonrió también. Entonces se dirigíó a mí y me dijo: "El helado se te puede derretir, si quieres cambiarlo...". Y yo lo interrumpí: "Gracias", y le di el helado y él, tan bondadoso, lo metió de último entre toda la pila de crema reales y volvió a cerrar el refrigerador. Seguí esperando, el de la caja llegó y se puso en marcha.

- Disculpa- llamó el muchaho, yo volví a verle-. ¿Estás viendo el juego?- preguntó algo curioso. Era un lindo rubio, no me gustan los rubios, pero este era lindo y sus ojos verdes parecían sinceros.

- Sí, va ganando Venezuela 1-0... Jugó mucho mejor que Chile en este primer tiempo- comenté.

- Qué bien- y él, no sin antes darme un nuevo helado, se alejó un poco hasta no sé dónde, y yo pagué mi helado, sorprendida por todo lo que tuve que esperar por algo tan pequeño y que se acaba en menos de tres minutos.

        Al dirigirme a la salida, alguien me habló:

- Avísame si Venezuela mete otro gol- y rió, era una broma, no lo decía en serio; pero yo soy tan, pero tan literal.

        Así que reí y salí de la farmacia y en cuanto lo creí conveniente, empecé a correr. Llegué a tiempo al nivel feria para ver el segundo tiempo, y Chile casi le mete tres goles a la Vinotinto y el arbitro se equivocó más de una vez, Chile metió un gol y Venezuela otro... y en cuanto sucedió eso, volví a salir corriendo y él estaba justo donde se había quedado al haberme ido.

- Chile metió un gol... pero Venezuela hizo otro y, como están las cosas, ¡pasamos a semifinales!

        Él empezó a reír con ganas, viendo directamente en mis ojos, y recuerdo haberme quedado el resto del día metida en la farmacia, conociéndolo, riéndome y relajándome...

        ... y es que así empezó todo. Tan simple, tan casual, el fútbol nos unió, quién lo diría. ¡Já!

Quizá si esa noche no hubiera jugado Venezuela, o yo me hubiese antojado de algo salado en vez de algo dulce... o tal vez si al tipo de la caja no le hubiesen dado ganas de ir al baño, quizá no te bubiese conocido, quizá hoy no seríamos lo que somos, quizá jamás habría escrito esto.

miércoles, 20 de julio de 2011

... De la vida.

Vivo porque amo y amo porque existes

lunes, 18 de julio de 2011

Vago escrito.

     Leyendo uno que otro Blog, saturada de historias y personalidades, colapsada de ideas y sorpresas... y es que esos tipos tienen treinta años y les ha pasado de todo, con diecisiete años, se supone que debería salir de fiesta con mis amigos y tomarme mi primera cerveza pues para hacerlo antes de ser legalmente mayor de edad, ¿o no? Pues, para nada... prefiero quedarme en casa escribiendo un libro, leyendo un artículo interesante sobre literarura con un vaso de té frío en la mano y escuchando rock suave, con una sábana gruesa de esas "peludas" y en la soledad de mis cuatro paredes, trazar frases que incluyen las palabras: "Amor", "Agonía" e "Inexorable", en mi cuaderno, sin saber exactamente qué son y por qué siempre tiendo a unirlas.

     "Siéntate cerca y mírame, toma mis manos sin temor, no tengas miedo sólo amor", dice justo ahora Mariana Vega... como si fuera tan fácil decir eso o si quiera decir Te Quiero; ¿sacarme uno de esos? ¡Vaya! No está fácil, y no quiero sonar arrogante aunque acabo de hacerlo, pero de verdad soltarle un Te Quiero a alquien que no sea un familiar, me resulta complicado, es una de esas debilidades que me paso sacando. pero... ¿acaso no es lo mismo para esas personas que tanto dicen "Hola" como "Te amo"? Prefiero quedarme así, así la persona sabrá que de verdad lo quiero. EN SERIO y no lo dije por decir.
He descubierto algo, a los hombres les gustan las mujeres sencillas y hasta torpes, y es que hoy se me calló dos veces una hoja en la clase de música y el tipo de al lado sonreía todo iluminado o algo así.

     "Nunca sorteé las trampas del amor", dice Gustavo Cerati en esa canción que me encanta: "De música ligera".. ¡Guao! ¿Quién demonios lo ha hecho? ¡No da tiempo! El amor llega tipo "flash", y, cuando ni siquiera lo esperas, ya eres otro más del montón, sufriendo los mismos prejuicios, usando como excusa para TODO, para TODO, en serio, la palabra Orgullo y vistiéndote bonito. Y las mujeres nos balanceamos de un lado a otro como tontas... qué risa me da, ¿y la sonrisa de enamorado? Es la misma que la de alguien dormido soñando con dinero o algo así. Y los hombres se las dan de galanes y se la tiran al hombro: "Listo, ya  logré que se enamorara de mí". ¡Claro! Ahora viene lo mejor... así que no te relajes mucho, querido.

     Ahora estoy en una de esas de Caramelos de Cianuro: "Esta casa ya no es un hogar desde que te fuiste, siento sin tu aliento el tiempo lento".

Y ya me cansé de teclear,

hasta otro escrito vago y sin rumbo.

viernes, 15 de julio de 2011

"Amigos... já"

     A él lo recordaré como la historia más real y surreal de mi vida, como el sentimiento que nunca pudo ser entregado del todo y que prefirió, quizá por miedo, quizá por distancia, quedarse callado junto a los latidos del corazón que él no pudo escuchar jamás. Amante de la música y de muchas mujeres, nunca quiso luchar por nadie, talvez por sentirse vulnerable y creo que es lo que más odia, pero yo no tengo la culpa. Causante de muchas risas y sensaciones extrañas era él, que siempre me quiso tal y como era, pero nunca como yo quise. Nunca sabrá que entre las risas que compartía con ella, estábamos yo, mis celos,  y los cientos de kilómetros que fueron los únicos culpables de que el sentimiento no creciera. Yo no quiero suponer, ya no quiero pensar, me cansé de su actitud, de sus palabras al viento, de su inmadurez en el amor... Algún día me verá vestida de blanco, con su sonrisa de monalisa viéndome y solo allí lo entenderá todo, y es que él siempre fue tan orgulloso, tan débil... y es que yo siempre lo quise tanto que nunca le dije lo que sentía y él un día sin mirarme a los ojos me lo dijo y yo, por la lección haber aprendido, le dije que no y él nunca luchó, pero no se asusten que... ¡ésto nunca pasó! Amigo, ¿alguna vez has sentido algo tan real? Aún esta historia le pertenece al tiempo, pero es bueno saber que siempre soy ya la que decide qué pasará.
     "Extrañarte es extraño cuando he sido yo la culpable. OH, mi cielo. OH, mi alma, esto arde como supongo lo hace el infierno; si te vas algún día, hazlo sin despedida, pues tu espacio vacío es este cuerpo nocivo. Regresa pronto, amor mío. Acércate a mí entre tanto el destino juega con nuestro estilo" 
      Hey amigo, ¿cómo estás? Bien, ¿y tú? ¡Muy bien!

¡Típico!
A. P.

Manuel.


           Y en una tarde de esas violetas, te conocí, llevabas un blue jean rasgado y la camiseta gris, no sé qué hacías allí, pero de la mano llevabas un sobre blanco con  unos cuantos besos color carmesí. A pesar de eso, te seguí, tenías ese caminar apresurado que a nadie le llama la atención y a muchos inquieta; después descubrí que aquello se trataba de una fan enamorada y aquel camino que trazaste aquel día era un rechazo. Simulé no haberte visto y tropezamos, te preocupaste tanto por mí que luego me sentí culpable y las miradas empezaron, un par de sonrisas se fugaron y en la oscuridad existió un cosquilleo silencioso. Manuel te llamas y sólo lo supe cuando, después de conocerte, hacerte preguntas se volvió informal; recuerdo aún cómo se sentía en aquel momento el comienzo de algo hermoso, hablar contigo era lo mejor, tú reías con mis anécdotas y es que te divertía todo aquello que incluyera una torpeza de mi parte, ¿y las llamadas telefónicas? Ay, Manuel, cómo me encantaban, tú lo tenías todo y hasta más, y yo ahora estaba completa porque te tenía a ti. Manuel, cuánto me enamoraste, curando las heridas que me dejó un amor del pasado y hoy ya cicatrizaron; tu piel suave, tus Te Amo furtivos, la inocencia inexistente de dos adolescentes, el juguete del amor a corta edad, la incertidumbre de pertenecerte y perder parte de mi libertad. Manuel, tú me curaste, tú me hechizaste, sólo tú.


Todas tenemos un Manuel...
... aunque aún no lo hayamos conocido.

miércoles, 13 de julio de 2011

... Curiosidades: Fortaleza.

Hoy todas mis dolencias han empezado a dolerme, las lágrimas se tornaron peligrosas y el pecho ardía, supongo que cuando estás muy triste, es así como te sientes.
Quizá esta no era para mí.
Quizá algo mejor venga adelante.
A lo mejor Dios me quiere hacer más fuerte... y es que nada se ha perdido aún, nadie murió, nadie está en peligro de hacerlo y en comparación con aquello, ya soy una experta superando obstáculos... pues...

... porque soy una luchadora.

martes, 12 de julio de 2011

Desahogo.

    
     Hoy las cosas no tienen sentido, recostada en mi cama, leyendo un libro de Coelho, escuchando música De Vita y pensando un poco de todo, que la vida no es fácil, porque una cantidad inimaginable de diferentes personas te rodea, que el amor es la mayoría de veces una basura y aún así seguimos insistiendo, que a veces digo malas palabras mentalmente y de vez en cuando le sonrío a alguien que no me simpatiza.
     Vaya... si no hiciera tanto frío ahora, buscaría entre mis cosas viejos recuerdos, y es que hay etapas en la vida: Está esa en la que todo era perfecto y eras un niño y la otra en que creciste y pudiste entender la verdad. Supongo que quejarme no es una buena solución, pero al menos me hace sentir mejor... ¿por qué te debería importar si vivo en una casa o en una camioneta o si soy novia de tal hombre o si me encuentro a escondidas con mi hermano perdido o si le di mi primer beso a tu amigo? ¡Qué basura tan grande! Y es que el único momento en que soy feliz, es estando en mi casa, con la gente que me ama y qué me importa lo demás, si el muchacho que me gusta es un imbécil, si un amigo en vez de pedir disculpas por incomodarme lo hace por bromear, ¿y mi familia? Si te cuento, no acabo nunca, ¿y el hecho de que no confío en ti? No te sientas ofendido, no es sólo contigo, ¿y el muchacho que me adora? Pues ok, no sé lidiar con tanta presión, ¿y los chismes? Ni les presto atención, ¿y si un hombre habla cosas feas de mí? Lo más seguro es que yo le guste, ¿y que mi amiga no es sincera? Eso lo dices tú, no yo, ¿y que me respetan? Esa no me la creo ni yo misma ¿y qué tal esa: "Nadie habla a mis espaldas"? Ni que fuera la Reina de España, y es que soy tan feliz alejada de algunos y otras veces soy tan hipócrita cerca de otros y aún así me gusta mi vida, necesariamente no tienen que gustarme también las personas que la conforman... digo: "que la conforman".

La adolescencia es una montaña rusa.

sábado, 9 de julio de 2011

Blanco y negro.

Había oído esa teoría: Negativo y positivo. Polos opuestos se atraen, qué fácil decirlo, qué difícil hacerlo.
Esto nos había sucedido varias veces, una pelea, una reconciliación y el ciclo se repetía como una misma canción. A pesar del tiempo invertido en nuestra relación, sin importar mis lágrimas y tus quejas llenas de frustración, con la mano en el corazón, apuntando el cielo, te dije adiós y hoy me veo obligada a romper mi promesa. En plena soledad, la oscuridad me da miedo, había olvidado ese dato de mí misma, pues cuando estabas tú me sentía invencible y eso me recuerda cuánto te gustaba la noche y cuánto yo la odiaba, y también me gustaba dejar la ventana abierta y a medianoche, te escabullías de mi abrazo y la cerrabas; el café era negro de lunes a miércoles para ti y para mí lo era toda la semana, la música que escuchábamos no se parecía en nada y es que tú querías en verdad bailar y yo quería sólo pensar. Con respecto a las bromas, yo no entendía las tuyas y a ti las mías te parecían ridículas, pero igual reías y es allí donde más me enamoraba de ti.
Quizá fue porque, gracias a esta pelea, perdí la cuenta legalmente, quizá se debió a que nos cansamos, blanco y negro, nublado, despejado, más y menos. Aún quiero salvar lo nuestro, porque... pues porque... ¿qué otra razón puedo ofrecer? Porque Te Amo y allí es cuando todo deja de importarme, porque con el tiempo he aprendido a ser bondadosa y a no pensar sólo en mí.
Negativo se enamoró de positivo, blanco y negro formaron el gris y en vez de niebla, empezó a llover con un arcoiris.

- ¿Qué haces aquí?- me preguntaste, abriendo tu puerta.

- No, pregunta equivocada- y señalando mi corazón, pregunté-: ¿Qué haces tú aquí y por qué no quieres salir?

Y una sonrisa certificó esa fulana teoría: "Polos opuestos se atraen".
Porque es algo nuevo, y lo nuevo siempre es emocionante.

viernes, 8 de julio de 2011

¡Me gradué de bachiller!

    
     Bromeando, le dije a una amiga: "Bueno, sino nos graduamos, al menos lo intentamos" y es que he estado demasiado ocupada sufriendo ataques crónicos de stress a mi corta edad, pues no creo que exista una escuela más detallista y estricta que la mía con respecto a un proyecto metodológico. Lo cierto es que ya estoy en esa "última fase", a veces digo: "Dios, ya me quiero graduar e irme", pero otras veces miro a mi alrededor y entiendo que estos tiempos ya no volverán... nunca. Cuando me gradúe de bachiller, será por siempre, y pienso un poco de todo, perderé varias amistades, lo sé, no veré más a varios profesores que me ayudaron cuando lo necesité y me hicieron la vida imposible cuando menos lo quería, perderé contacto, será así de fácil, sé que nisiquiera me percataré cuando suceda; pero luego me va a doler y recordaré mis tiempos de colegiala con diversión, con ternura y con experiencia, porque, digan lo que digan, el mayor aprendizaje que un adolescente puede ganar, lo gana en la escuela, si ve la vida un poco más allá y se concentra en mejorar sus fallas y fortalecer sus debilidades.
     Lo que más extrañaré, sin dudas, será reír, cómo me hacen reír mis compañeros y hablo aún en presente, porque hoy es viernes y el lunes parece como que si todo se acabara repentinamente. Mi grupo y yo hemos luchado tanto porque todo salga bien, casi ni discutimos y una que otra vez nos echamos a reír; Dios me mandó a personas buenas que me dieron tranquilidad y es que de verdad nos inspiramos. Hoy, mientras arreglábamos el aula donde expondríamos, cierta chispa nostálgica me invadió y sé que no fui la única que lo sintió, pues vi en esos rostros un reflejo.
     Estoy segura de algo, este último año fue el de más aprendizaje y auto-conocimiento, supe lo que quería hacer con mi futuro y descubrí los verdaderos amigos, perdí una que otra amistad y de vez en cuando fui hipócrita con gente que no me simpatizaba, pero yo sólo pensaba: "Sonríe, al graduarte dejarás de verlo(a)" y qué risa me da, pues ahora no quiero despedirme... ¿y toda esta frustración pre-proyecto? ¡Me encantó! Me sentí viva y lo volvería a hacer... dentro de un año, al menos. ¿Y las travesuras? Volvería a reír como la primera vez si pudiera repetirlas. Ese largo camino recorrido juntos, amigos, jamás se me olvidará.
     Despedirse nunca es agradable, pero esta despedida está bien, este sentimiento es diferente y sé que sólo lo sentiré una vez en la vida, pues sólo una vez en la vida podré gritar: "Me gradué de bachiller".

La vida podrá separar nuestros caminos futuros,
pero nuestros senderos pasados siempre estarán unidos.
Promoción XXI

miércoles, 6 de julio de 2011

Nunca lo sabré.

    

     Sí, efectivamente, me arrepiento de muchas cosas, pero jamás de haberte conocido y ¿qué problema tenía la gente con el hecho de que sólo fuéramos amigos? Aún así ambos fuimos felices, las risas contaban toda nuestra historia, los miles de poemas que escribí sobre nuestra "amistad" narraban todo con palabras, palabras que sólo tú lograbas interpretar correctamente; y es que fuimos tan felices, tanto, tan enormemente que a veces se me olvidaba la fecha y no quería mirar el reloj sino para detenerlo... Amigos, ¿qué hay con eso? Si nada más me besaste una vez, y creo que estaba medio dormida, nunca te dije que había visto aquello, pero tú tampoco me dijiste jamás lo que sentías, que una simple "amistad", aunque nos hacía felices, no era todo lo que deseábamos, que queríamos ir más allá, que aspirábamos a más, queríamos inmiscuir entre nosotros la palabra "Romance", pero, siendo sincera, sentía miedo y eso era lo único que no me gustaba de nosotros, el terror, la escena imaginaria de que todo saliera mal en un futuro y entonces nos quedáramos sin nuestra fulana "amistad" y sin el complicado "Romance". Pero para mí no valen hoy las negativas, ¿cuántos años han pasado desde ese último instante? ¿Tres, cuatro? y la verdad es que me ha ido bien, no soy completamente feliz, y tampoco sabré si lo que me falta para acabar de serlo de una vez por todas eres tú, pues nunca probamos un Romance.

Dedicado a... ya tú sabes.

lunes, 4 de julio de 2011

... De la vida.

¿Si tuviera que escoger alguien en quién confiar?
Eh... ¿se vale escogerme a mí misma?

sábado, 2 de julio de 2011

Maracaibo.


My city, ma ville, la mia città, minha cidade... la ciudad mía.
De noches calientes, un baño de cálida bienvenida, luces centellantes, caprichos, sitios, miles de historias.
Los hombres son como sombras, siempre hay uno parado en cada esquina, listo para atacar a la primera mujer joven que se le acerque, pero le habla de "tú" y le pregunta: "¿Todo eso es tuyo, mi amor?". Y la mujer sólo lo ignora y sigue su camino. Acostumbro a tratar a las personas según ellas me traten, si me saludan: "Hola, ¿cómo estás?". Yo digo: "Bien, ¿y tú?"... Pero el caso es otro cuando sucede esto: "¿Qué más? ¿Cómo estáis?". Yo digo: "Bien, ¿y vos?"
Cada vez que voy a Maracaibo intento concentrarme en el camino, pero cuando llego al puente, tomo miles de fotografías mentales, me siento enamorada de ese calor, de la muchedumbre caminante, por las olas de mi Lago que van y vienen en una danza de vaivén gobernadas por una sábana fina de centellante brillo, brillo que proviene del sol ardiente, del cielo celeste, del reflejo propio del oleaje, ¡qué oleaje! Me encanta.
Una vez, cuando niña, tuve mi primer gran encuentro romántico con un desconocido en un bus. Yo iba en el carro de mi mamá, con una malla tejida color rojo intenso que me cubría la cabeza, el cabello castaño corto suelto y recuerdo haberme sentido en ese momento como la niña más mimada y consentida del mundo; pues, allí, justo a mi lado, al otro lado de mi ventanilla, en un bus, había un muchacho hermosísimo asomado en la ventanilla de su transporte, era guapísimo, lo recuerdo: Cabello negro, piel bronceada y una sonrisa que... ¡Dios! Me encantó. Entonces yo me había quedado viéndole, con la inocencia de la niña que era y a veces sigo siendo, y el muchacho aquel, tan simpático, tan acalorado, él sabía que era guapo, y me miraba con esa sonrisa perfecta de él, de seguro pensando: "Esa niña tonta y consentida se enamoró mío". Y sí, me había enamorado velozmente, jajaja. Pero yo lo arruiné todo al girarme hacia mi hermana todo entusiasmada para contarle, y cuando regresé... ¿qué me quedó? ¡Nada! Su autobus se había quedado atrás consumido por el interminable tráfico, y creo, hasta hoy en día, que esa ha sido la mejor historia de amor que he tenido, la más creativa, a la cual le escribiría un libro en cualquier momento.
Soy de una ciudad pequeña, casi un pueblo... Ok, un pueblo, como dirían por aquí: "Un monte"; en fin, normalmente no se ven por allí rastas, o fanáticos de anime o rockeros en multitud o bohemios reclamando paz y defendiendo los derechos de los animales. En Maracaibo es más común.
Aquí el asunto del tú y el "vos" es serio. Si acabas de conocer a un muchacho guapo, jamás vas a llamarlo de "vos", eso sería demasiado informal, más como tratar a un amigo o algo así.
Manejar es también un asunto importante en tierra zuliana, tú podrías volverte loco con lo que oyes en las calles: "¡Movéte, desgraciado!", "¡Animal del monte!" "¡Tu madre!". Y es que a mí eso me da risa, cómo se expresan, la manera de hacer reír con palabras fuertes, pero que aquí así resulta tan normal y diario como respirar.
Maracaibo no es fácil, pero a mí me encanta, porque sacamos un chiste de todo, porque tenemos nuestra propia manera de hablar, porque en navidad se escuchan las gaitas y de vez en cuando es oye un: "¡Qué molleja de calor!" que no deja de provocar recuerdos y simpatía. Maracaibo es "la pepa er' queso".
No nos gustan los aguajeros ni los pantalleros, somos originales.
Maracaibo es el Zulia.

... De la vida.

He ido ensayando la mirada antipática y el tono de mi:
"¡Qué te importa!".

viernes, 1 de julio de 2011

Carta para un final.



"El problema es que para ti soy linda, no hermosa.
El problema es que soy buena, no la mejor.
El problema es que no confías en mí... y con respecto a eso: Me cansé.
Hoy me hice una pregunta: Si él no tiene fe en mí, ¿por qué debo yo estar con él?
¿Dónde demonios le enseñaron a enamorar a una mujer?
A veces prefiero que me mientas, que me digas que te vuelvo loco, aunque estés en tus cinco sentidos, que me digas que soy la mujer más bella, aunque al decírmelo pienses en esa modelo de la televisión. Yo lo único que quiero, es que sepas amar a una mujer, no que me entiendas, pues te pediría descubrir el gran misterio del Triángulo de las Bermudas, no que me hagas hacer algo que no quiera, sino lo que secretamente quiero hacer, lo que quiero es que confíes en mis sueños, aunque te parezcan descabellados y sin sentido.
¿Dónde demonios le enseñaron a amar a una mujer?
Si en cuanto me preocupé por algo, él no me dio aliento; si en cuanto pedía silencio, él siguió preguntando: ¿Qué te pasa?; si cuando le hablo, parece estar ausente; si cuando digo algo que me resulta difícil decir, él lo ignora; si en el momento en que fui en busca de él, él no se dio cuenta... y volvimos a lo mismo: Decepción.
¿Qué hago yo contigo? Si lo mío era un capricho, si el amor no existió jamás, si tu forma de amar no me gusta... ¿por qué demonios sigo sufriendo a tu lado?

Ya se acabó,
para siempre. Que tengas una buena vida."