miércoles, 31 de agosto de 2011

# 1: La sombra de un hombre.

     Escuché una respiración lenta al otro lado de la sala, algo más como un aliento que moría o un anciano que se quejaba en el lecho de su muerte, eso me puso los pelos de punta; me mantuve tiesa en mi sitio esperando que alguna persona, quien fuera, irrumpiera en la habitación, con la voz llena de vehemencia o gritos hiperactivos. Era mi finalidad dejar de escuchar aquello, pero entonces todo sucedió muy rápido...


     ... Un hombre: alto, delgado, vestido de blanco y con ojos del color del carbón; salió impulsado de la ventana, esa que dejaba ver más de 200 metros de altura. El aire faltó a mis pulmones, me hubiese movido de donde estaba, pero desde allí él no podía verme y en lo profundo de mi alma, donde se aloja la esperanza, existía cierto sentimiento que confiaba en que aquel extraño hombre se daría media vuelta y desaparecería tal cual como apareció; pero no fue así.


     En la parte de afuera se oía el bullicio de la fiesta: Clase y categoría, ese era el tema, por eso llevaba un vestido largo, color bronce, más costoso que mi propia vida y un collar de diamantes que sólo Dios sabe de dónde sacó mi mamá. Aunque gritara, nadie me escucharía, aunque saliera corriendo, sabía que no llegaría lejos. El corazón se me detuvo en seco cuando oí los pasos pesados de ese ser aproximarse.


- Por tu cara- comenzó el misterioso hombre, acercándose a mí, examinándome, llenándome de temor y malicia-, deduzco que estás asustada.


- Qué empático- mascullé llena de ironía.

     Él rió, y entonces sentí como si una nube negra se posara sobre mí y volviera todo oscuro, como si, de un momento a otro, me viera obligada a pensar en cada momento de mi vida y su importancia... creo que pensaba que moriría en ese mismo instante. Estaba a la espera de que ese hombre me tomara por la espalda y me clavara unos colmillos afilados y perfectos en la garganta, o que tal vez se convirtiera en un hombre lobo y me comiera... yo qué sé. Su rostro era insondable, parecía un misterio andante, la sombra de lo que puede ser considerado un "hombre normal" para la sociedad, parecía que estaba aburrido de vivir, pero que le divertía asustar a las muchachas jóvenes como yo.

- Presiento que esto va a ser muy divertido- susurró, y su voz como un hilo era algo que fácilmente lograba erizarte los vellos de la piel, como un vago reflejo de vida.

     Yo no entendía nada, y para empeorarlo todo, el misterioso hombre me sujetó del brazo, me subió a su espalda y cruzó la habitación en menos de dos segundos. No me rehusé, sabía que aunque lo hicera no serviría de nada. Cuando estuvo frente a la ventana y la brisa fría de la noche sopló en mi cara, cuando pensé que moriría desde una altura tan atemorizante y ni siquiera tendría tiempo de despedirme de mi novio y mis padres, le hice una pregunta algo estúpida:

- ¿No hay otra forma de matarme?

     Él volvió a reír levemente, saliendo disparado por la ventana, y yo sólo podía pensar: "Que no se caiga, que no se caiga...".
     En qué tonterías se pone uno a pensar cuando piensa que morirá.

Tal vez contunúe, tal vez no.

... De la vida.

Yo hago que caigan, pero con elegancia.

lunes, 29 de agosto de 2011

Tienes tantas maneras.

A escondidas me va mejor... Shhh.

Tienes tantas formas de alegrarme el día, tienes tantas maneras de ser feliz. Quisiera ser como tú, pero lo único que puedo hacer es decirte a escondidas que me gustas, llevarte al área oscura de la sala y robarte un beso, sostenerte las manos y dejarte una nota, ser tan furtiva como volátil, ser tan libre como cuidadosa, cerrar la cortina y dejar que luego, allí adentro, no tengas motivos ni razones para dejarme. Tan sólo puedo seducirte, no me queda de otra... y a ver si funciona y si no funciona, sólo me quedaría secuestrarte. Tú tienes tantas maneras de olvidar lo malo, y esta tonta queriendo aprender, pero no puedo hacer nada, sólo te puedo llevar afuera y dejarte en claro mis deseos, ser atrevida por unos minutos o sino sólo me quedaría una foto tuya y los miles de recuerdos que te rodean y viven en mi cabeza. Tienes tantas formas de subirme el ánimo y yo que quiero ser feliz... no me queda de otra que provocarte y podría jurar que me juego la vida, y la vida vale mucho... mi vida eres tú. Es que tú tienes tantas maneras de colapsar mi mundo, de envolver mis ideas, de convertirme en una loca, y ya no importa, si mi locura te la debo a ti.

Tengo tantas ideas en mi cabeza... ¡y qué ideas!

Es él.

     ¡Qué fuerte he sido!
     Perdiendo el tiempo, suspirando anhelos, cantando canciones tristes que hablan por mi corazón, dejándome llevar por nada... y qué miedo le tengo a la nada. Si supieras que no soy feliz sin ti, entonces te sentirías mal y a la vez halagado, pues ya he conocido esos sentimientos egoístas tuyos. Si supieras que no se trataba de él, que él fue una idiotez, que él era una receta y he perdido los ingredientes. No entiendes lo difícil que es estar sin ti, y sé que eres lo suficientemente egoísta como para tan siquiera imaginarlo. No me entiendes y nunca lo hiciste, pero... qué difícil es estar sin ti.
     "Fortaleza" ¿Cómo definirla? ¡¿Cómo darle sentido sin ti?! ¡Cómo buscar los verbos para mi día a día? Si los verbos te involucraban a ti: Amar, querer, soñar, pensar, extrañar, besar, abrazar... todo tenía que ver contigo, todo eras tú, cada camino que hice en mis días más difíciles, cada logro que alcancé en mi desesperación. Cada deseo malintencionado tuyo que corregí y, aunque eras malo por naturaleza, y hoy te odio por no estar aquí... qué difícil es estar sin ti, POR TANTAS RAZONES. Duele no tenerte, duele no sentirte y aunque me duela tanto, no puedo hacer nada.
Dios mío, es él, es él el hombre que quiero para mí, es él a quien amo, es él a quien esperaré por siempre... y aunque a ti también Te Amo, debo pedirte perdón por no estar de acuerdo con tu decisión. Dios, es él... es ese hombre que está a tu lado, es ese mismo que me arrebataste, es a él a quien amo... y no me importa si la distancia es del cielo a la tierra. La verdad, SÓLO ME IMPORTAS TÚ.


viernes, 26 de agosto de 2011

No recuerdo nada, pero te recuerdo a ti.

     Y ahora que lo recuerdo, no sé cómo te conocí, ni cómo llegué a tener tu número telefónico... mucho menos tengo idea de cómo me topé contigo por primera vez y cómo rayos llegamos a ser tan apasionados y escandalosos. No entiendo cómo llegué a compartir tanto contigo, y si me sigues preguntando, no recuerdo la fecha de nuestro aniversario; pero te recuerdo a ti, exacto y sin dificultades, cada característica, cada gesto tuyo y cada sonrisa de las once que tienes guardadas. Te conozco a ti y es más que suficiente, prefiero ser muy buena en algo que regular en varias cosas, y es que soy buena contigo, muy buena; sé cada secreto tuyo, a veces los descubro, a veces te los arranco a la fuerza; sé cuál es tu color favorito y su motivo; entiendo tus sueños, ya que son parecidos a los míos; sé que no te gusta la palabra "encierro" y te consideras un "alma libre". También sé el quinto beso que diste y el octavo rachazo que te hicieron, conozco sus nombres y tu esfuerzo por agradarle a la gente... y aunque me preguntes qué pasó ayer, creo que no te sabría responder, pero sé que estuve contigo y que reíste seis veces, luego de mirar al horizonte tres veces y besarme catorce veces. Quizá no sepa nada sobre nada, pero sé todo sobre todo... y sí, sí, mi amor, TÚ ERES TODO.


... De la vida.

¿Y quién dijo que el destino no puede hacernos reír a carcajadas?


DIARIO 20: ¡Regresé!


Sí, sí... Desaparecí, pero aquí están mis explicaciones:

Estaba de viaje... Lo cierto es que estos últimos meses han sido para mí un ajetreo constante: Primero debí concentrarme en exponer mi proyecto final en el colegio, y no sólo hacerlo, sino hacerlo bien; de ésa salí muy bien, con mérito a mejor expositora y todo. Luego tuve que presentar la prueba psicológica para la Universidad y sobrellevar la decepción de que un desconocido me dijera y que "No tiene perfil psicológico", ¿ellos qué saben? Después debí terminar clases de solfeo con un exámen de lectura en el que "o salía bien o salía bien"... y gracias a Dios salí bien, y no sólo bien, sino muy bien, con mi destacado y maravilloso 19. Estaba feliz, pero aún faltaba la Graduación, tenía que escribir el discurso de agradecimiento en nombre de toda la Promoción y decir las palabras de entrada; gracias a Dios todo salió bien y esa noche bailé con todo el mundo hasta decir -basta- en mi fiesta de graduación... pero no había terminado, tenía esta angustia, porque con tanto ajetreo no había vendido las rifas para mi viaje a Margarita, ¡y cómo sufrí con aquello! Pero ¡cómo gocé en Margarita! Una semanita entera, desde el 11 de agosto hasta el 18 del mismo mes, y visité Coche, hice el recorrido en la Restinga, fui a unas playas magníficas e hice contacto con el agua salada del Mar Caribe, fue magnífico... me hacía falta broncearme, pues parece que no es suficiente con el ardiente sol zuliano. No, no, no, no... quería broncearme y que me quedara la marca del traje del baño, algo así... y pude lograrlo a medias, pues soy muy paliducha, jajaja.
En fin, ¿qué recuerdo me dejó marcada? ¡Puerto La Cruz! ¡Dios santo! El Edo. Anzoátegui fue duro, tuve que pasar la noche allí, metida en un bus, con calor y... lo cierto es que me traje recuerdos de Anzoátegui y, sin importar de qué manera, fue el estado que me marcó. Punto.
A ver... Extrañé bastante escribir, no lo hice casi durante esa semana, sólo anoté breves Notas en mi celular, nada más. Me había llevado un libro de Paulo Coelho, "El alquimista", ¿y creen que tuve tiempo para leerlo? ¡No! No sé si seré yo y que llevándome un libro a la playa o será que de verdad no tuve tiempo... y pues ¡sí! No he leído aún El alquimista.
Algo que sí es seguro es que traje conmigo mucha inspiración. Venezuela es bella y tiene paisajes que pueden hacerte parecer que te consumen, te llegas a sentir insignificante entre tantas montañas y sabanas, hay momentos en los querrías quedarte unos segundos para respirar ese aire puro que traen las brisas del mar o quisieras tener unos minutos para dejar correr la arena a través de tus dedos... simplemente desearías dejarlo todo y mudarte allá, vivir en una casa playera y tostar tu piel y escribir un poema mirando hacia la playa, con el viento azotando tu tranquilidad y el calor combatiendo contra tu bloqueador solar. He dicho punto y final.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Tus fotografías.

    
       Me gusta verte en cámara lenta y colorear tu cara bajo una lluvia leve de plumas. Me gusta ponerme tu ropa y caminar descalza por toda la casa. Me gusta tener mi propio mundo y que seas parte de él, que te alejes en una tormenta y vuelvas con los bolsillos llenos de chocolates, me agrada ser parte fundamental de tu cículo vicioso y que grites ahogadamente con una almohada en la cara. Soy feliz viéndote reír con cosas que no dan risa, entre miembros que no te agradan y sonrisas que no se comparan. Me gusta el atardecer cuando ya estás apunto de llegar, y el ansia que eso me produce y la inquietud que tanto me gobierna. Tendrás que crear una medicina que cure mi locura y no posar más para mis retratos. Me gusta revelar mis imágenes y sonreír con ironía mientras las detallo. Me gustan las cosquillas que no dan risa y los colores en tu camisa. Me agradas en blanco y negro, posando para un "Stop", lleno de amor, lleno de pasión. Me gusta que no fingas con mi arte, que seas tú mismo con la misma belleza que siento al amarte. Vendrás vestido de policía, pero no ordenarás mis desastres, serás un día maestro y me enseñarás tus trucos. Me gusta verte de azul, como los mounstros de blue y en jeans o short, me gusta hacer varios "Stops". Me gusta la letra "L" porque es la primera de tu nombre y la segunda del mío y es allí cuando entiendo que te gusta el rock, quizá por su excentricismo o por su cinismo, quizá la ropa cara y las imágenes que produce; pero qué va, a mí me gustas tú y tus poses, tú y tus roles, tú y mi cámara, tú en movimiento y en la noche el silencio también me gusta.
      ... pero no me gusta cuando te vas, eso sí no me gusta, pues el día se mantiene en "Stop" y sólo estoy yo.

martes, 2 de agosto de 2011

¿Cómo te va?

     ¿Cómo te va? Hombre de mil enredos, rutilante escenario de besos, recuerdos intactos del tiempo,  inolvidable... mi hombre de mil enredos.

- Llegas tarde- te dije.

- Tarde y apurado- soltaste, yendo a la mesa de atrás y sacando tus libros de música.

- Tarde, apurado y poco detallista- murmuré para mí misma.

     Luego de quince o veinte minutos, saltaste de tu silla como un exabrupto y te giraste hacia mí:

- ¡Te cortaste el cabello!

- Me halaga el hecho de que lo recordaras porque te lo dije ayer y no porque es obvio si te detienes sólo un segundo para observarme- solté sarcásticamente.

     Eras todo un desastre y yo también por tu culpa.

- ¿No tenías hoy cita con el odontólogo?- te dije una vez que, por casualidad, nos encontramos en el curso.

- ¡Demonios! Lo había olvidado... Gracias, Aldana- y esa, sinceramente, fue la gota que revasó el vaso.

     Me olvidé de ti el tiempo que duró el hecho de que otra "casualidad" nos sucediera... y sí, no fue en el curso, pues estábamos de vacaciones, tampoco en una fiesta de amigos en común y mucho menos en la calle comprando un helado.
Discúlpame, pero aún no creo que me hayas ido a visitar en mi casa.

- ¿Qué rayos haces aquí?- te pregunté en cuanto te vi asomado tras las cercas de mi casa.

- Por Dios, Alana, perdóname, no sé que hice ese día. Yo no...

- ¡A buena hora te viniste a acordar de mi nombre!- y te cerré la puerta en la cara.

"Los hombres no aprenden... ellos simplemente NO APRENDEN."- mascullaba mientras arrastraba mis pies hasta mi cuarto y me las desquitaba con la inocente puerta de madera.

lunes, 1 de agosto de 2011

... De la vida.

¡Y qué sabia me siento hoy!

Por eso decido no verte más,
y qué importa si después te extrañe... tomé una decisión sabia.

... De la vida.

Si ella tuviera que elegir entre su mamá y su contadora, estoy segura de que elegiría a la idiota de la contadora.

... De la vida.

Y a mí me iba bien cada vez que jugaba con él, pues había cierto juego de seducción entre los dos, cierta química, cierta picardía.

... Curiosidades.

¡Ay, agosto! Bienvenido seas.
¿Qué significa agosto para mí?
Sólo una palabra: ¡Vacaciones!
Ya dejemos atrás a julio... ajetreado, confuso, nostalgico, interminable e inolvidable Julio.
Nunca te olvidaré, Julio...

No soy nadie.

     Quise personificar para ti la perfección, ¿y qué gané con eso? Quizá por un momento tu amor, quizá luego varias decepciones, pero no me arrepiento, pues fui grande junto a ti, fui vasta a tu lado, aprendí qué era y lo que soy ahora; junto a ti, mi vida, supe ser fiel, aprendí a esperar, fui paciente, cuidadosa, celosa. Junto a ti sonreí más de lo que pude llorar, no tenía tiempo para más nada que para hacerte feliz, malgastaba el tiempo pensándote, aniquilaba tu ausencia, hacía corta la distancia, corría sin  demora, tardaba sólo minutos en arreglarme, en aquella relación fui otra y, por ser otra, hoy no soy nadie, por perder mi orginalidad, perdí a mi negativo, perdí esos ojos que me acariciaban, la simpleza de tus buenas intenciones, al hombre dominante bajo tus fachadas, al niño juguetón que me aguardaba cada madrugada, deseché por tonta más minutos de plenitud, aunque sea un milímetro de tu contacto, el viento me arrebató el futuro que había planeado, los regalos que había pensado, las cosas nuevas que creé, la amargura que, por obsesiva, gané. El tiempo me quitó de tu lado, las ansias de ser quien era, el arrepentimiento post-separación, echarme la culpa, ser quien no debía ser sacrificó mi felicidad, y tú que eras tan perfecto en tus imperfecciones, tú que eras tanto y yo que era nada siendo otra... tú que eras tanto y a la vez todo para mí.

Atentamente:
Doña Nadie.

... De la vida.

Es de grandes admirar los pequeños detalles.

... De la vida.

Todo aquel que sufre grandes derrotas, será recompensado con grandes victorias.