miércoles, 10 de septiembre de 2014

Analogía N° 1.

   "Entonces se oyeron unas campanas sonar: era su corazón alarmado.

- Dile que no estoy- me pidió ella, buscando refugio bajo las sábanas.

- Pero...- preferí guardar silencio y me dirigí a la puerta

   Allí estaba él, ansioso como de costumbre, tembloroso por estar donde estaba en ese momento, pero sobretodo impaciente:

- He estado...- empezó a decir de inmediato, cuando yo le interrumpí:

- Ella no se encuentra dispuesta.

   Él profirió una breve carcajada que pareció salir del centro de su pecho.

- Sabes que no vengo para verla a ella, Natalia- me dijo, ahora levemente divertido.

- No deberías estar aquí, aún tienes tiempo de irte, podrías decir que te perdiste o que...

- No me robes este tiempo con tus balbuceos, por favor- solicitó, ahora serio-. Solo quédate parada allí mismo donde estás, puedes moverte o hacer cualquier cosa, menos irte, ¿de acuerdo? Solo se tú misma.

- ¿Qué?- dudé, echando un vistazo por el largo pasillo, temerosa de que alguien viera a Manuel-. ¿Por qué no me dices ya lo que viniste a decir?

   Él pareció reaccionar de repente.

- ¿Yo? No, no vine a decirte nada- se negó, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón-. Solo vine a verte.

- ¿Para eso me tienes parada acá como una estatua? ¡¿Qué sentido tiene?!- exclamé entre susurros, dándome la vuelta para entrar de nuevo en la habitación, donde ella me esperaba seguro para preguntarme por qué había tardado tanto y si Manuel se había marchado triste por no poder verla.

   De inmediato, Manuel tomó mi muñeca.

- Lo que no tiene sentido es que subestimes el poder de la observación. Mi abuelo decía que todos somos capaces de ver, pero pocos de observar verdaderamente lo que está ante nuestros ojos... hablaba mucho de la esencia de las personas, eso que está más allá de lo que es notable a simple vista. Si tú me preguntas qué sentido tiene tomar unos minutos de mi tiempo para venir a verte, entonces deberás formularle la misma pregunta a un amante del arte, pregúntale a él qué sentido tiene ir a la exposición de arte de su artista favorito. Si le preguntas, por favor dime cuál fue su respuesta, ¿sí? Esa será la mía también."

sábado, 6 de septiembre de 2014

Gustos y disgustos.


Me gusta la espera, porque al esperarte presiento que llegarás.
Me gusta el sabor a incertidumbre que me va dejando tu llegada, las preguntas habituales que me hago, el cristal empañado en el baño.
Me gusta el sonido extraño que oigo, como si en el cuarto contiguo hubiera callado de repente y sin pensarlo una celebración estruendosa.
Me gusta también mi independencia, ella me da tiempo para hablar con amigos, para tomarme un café, para indagar las noticias.
A veces, también me gusta no verte llegar, porque tu ausencia me hace extrañarte más, y mientras más te extraño, más te pienso más te quiero más te tengo más te pierdo, más te recupero.
Me gusta la fragancia que despide el aire, jamás nada me sonó tanto a ti.
Me gusta todo, todo lo que me rodea, porque se parece a ti, aunque fuera en la forma o en la textura o en el recuerdo.
Me gusta todo, solo porque me gustas tú.
Me gustas tú, me gusta todo.

... una tarde sentada junto al celular.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

... De la vida.

Aún subsisten, aún sobreviven fragmentos pequeños de aquello que me diste. Y soy hoy una mala creación de aquello que me diste.
Soy, soy muchas cosas, pero sobretodo soy la que no quisiste. Estoy condenada a no amar, y si amo me va fatal. Soy un desastre en el amor.