viernes, 27 de marzo de 2015

¿Y la novia?


Me gusta pensar que un día algún entrometido le preguntará: ¿y la novia?, y él, medio dudoso, pero sabiendo ocultarlo muy bien como siempre, dirá: "yo... yo tengo a Alana". Y que ya no fuera necesario que él dijera algo más y así, sin más, siguiera entretenido con sus cosas. Ya le he dicho yo a él varias veces: "le tengo terror al compromiso". Y sé que puede sonar tonto y peliculero, pero es así: le tengo terror a ser la novia de alguien, aunque eso no quiere decir que no quiera que ese alguien sea él. Por eso es que andamos 'juntos', y nos escribimos, y nos reímos, y nos besamos, y escondemos nuestro 'lo que sea que tenemos' de nuestros amigos de la universidad. Me da risa él, serio como es, nervioso como se pone, cuando trata de sacar el tema: "yo no sé si quieres formalizar esto así como estamos o... ". Y yo: "shh, no te compliques con esas cosas... rela, ¿sí?". Y él se medio ríe, no dice nada, no sé qué pensará de eso. Al menos le he dado la seguridad de que esto que tenemos, como sea que se llame, es exclusivo. Yo no ando con nadie más (como si me fuera tan fácil) y él no anda con otra (o al menos es eso lo que me parece). Yo le he dicho muchas cosas, pobrecito, yo hablo mucho. Una vez le dije: "me tengo que preparar para que me monten los cachos, eso me pasará aunque sea una sola vez en mi vida". Pero no se lo dije porque pensara que él me sería infiel, sino para que viera que soy asquerosamente realista (o al menos trato de serlo, solo tengo 20 años), y él: "Qué pesimista". Y yo: "Realista será". Y él: "Estás loquita, mi amor". Y yo: "Sí, estudio Letras, tenía que estarlo aunque fuera un poquito". Y nosotros nos reímos, aunque yo siempre más que él. Yo me río mucho y él no, él es muy, muy serio, jamás había estado con alguien tan serio. Me encanta eso de él, porque de lo contrario seríamos una pareja insufrible y odiada por otros si ambos fuéramos como yo: riéndonos en toda ocasión, hasta cuando nos quejamos o reclamamos. Él no debe tomarme muy en serio, lo sé, pero lo entiendo: cuando le peleo... pues cuando le peleo me estoy riendo. Pobre de él, pobrecito. No sé si querrá tener una novia o está feliz de tener solo a Alana. Aunque yo igual lo quiero... sí. Él me hace reír el doble porque me pone doblemente nerviosa.