lunes, 31 de agosto de 2015

Muack.

    


     El idiota regresó y regresó con la misma frase de siempre, con los mismos emoticones y a la misma hora de la última vez: las 12pm. En conclusión, aquí pensando en silencio, puedo decir que el tipo no tiene creatividad, no entiende el desprecio y solo hace gala de estas virtudes a la hora del almuerzo, supongo que porque es a esa misma cuando se libra del trabajo, o de su esposa, o de sus hijos. 
   Ahora, de haberle respondido, ¿qué habría dicho él? Seguro no iba a preguntarme si ya estaba a punto de graduarme o cómo me iba, seguro no íbamos a entablar una extensa conversación sobre todos estos meses sin vernos y las razones de por qué no nos vimos. Si algo era seguro es que no hablaríamos de nuestros sueños ni de nuestras metas, nada de eso; en cambio, él empezaría con un 'muack', como esos de antes, un pequeño homenaje a los viejos tiempos, y luego, quizás, me diría "estás bella' y luego de nuevo un 'muack', y quizá así terminaría la conversación.
     El idiota regresó, es cierto, te lo cuento aquí en este escrito, pero tranquilo, que tan solo me dio un poco de risa mientras iba hacia la puerta para recibirte. Lo que pasa es que tus 'muack' son un hecho y los de él nunca lo fueron, además, tú danzas por aquí más o menos en mi época y tú tienes casi los mismos intereses que yo, tú sí llegas, tú sí me quieres, tú sí me piensas, lo sé, es un hecho.
    El idiota llegó y no es que te esté comparando con él, no, solo hago mención de lo superior que eres tú.
      El idiota regresó, seguro solo para enviarme un 'muack', el más incompleto y efímero, el 'muack' idealizado, el quimérico, un muack ficticio, el que jamás llegará a concretarse. Seguro ese tipo es tan idiota que solo regresaría para eso... y para desaparecer de nuevo, claro está.
     Aunque, ahora, dehaberle respondido, yo le habría mandado a meterse sus 'muack' por allá, en lo lejano, en lo oscuro... ya saben...


... esta va para el nómada.

jueves, 27 de agosto de 2015

La débil de la relación.

    Esa noche yo me sentía muy enferma, pero él insistió en ir a visitarme, así que terminé aceptando recibirlo, porque por más que no me sentía bien, debía apreciar ese gesto suyo tan tierno de insistir para visitar a su indispuesta novia. 
    El caso era el siguiente, yo padecía de una fuerte gripe, mucha fiebre y malestar en todo el cuerpo, y recuerdo que él llegó con un twistos azul en sus manos, serio como siempre y muy tímido, diciendo: No había de los verdes. No importa, aseguré, dejándolo entrar.
    Ambos nos sentamos en el sofá, como de costumbre y yo no quería acercármele mucho. Tenía un miedo sin fundamento de contagiarlo, pero él no parecía nada preocupado. Ese día hablamos mucho de cualquier cosa y, lentamente, él iba rompiendo la barrera de la cercanía, hasta que me preguntó: ¿No vas a darme un beso hoy? No, dije con firmeza, continuando con el anterior tema de conversación. Él parecía atento y sus ojitos, cansados como de costumbre, cada vez estaban más cerca, entonces aproveché para decirle, con la picardía que creo que me caracteriza: Hoy no te daré ni un solo beso, estoy decidida. De hecho, si lo hago, terminaría siendo la débil de la relación, y estás consciente de que eso no sucederá, ¿cierto? Así que mi no es definitivo. Él sonrió, de seguro pensando que estaba algo loquita.
    La noche siguió avanzando, nos tomábamos de las manos, solo lo abracé una vez (qué absurdo mi miedo de contagiarlo, si ya no podíamos estar más cerca el uno del otro).
    Entonces, en un momento de distracción él me robó un beso que acepté sin problemas, olvidándome por un momento de mi sentencia de hacía unos minutos. Igualmente, el beso fue bastante breve, pero no lo suficiente como para que yo siguiera siendo "la fuerte de la relación".
    Mi novio sonrió complacido, mientras yo, tontamente, me acusaba de ser distraída y confianzuda. Sí, esa noche yo fui "la débil de la relación", pero solo esa noche... solo esa noche.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Sacarte de mi sistema.

   

   Estas confesiones se quedaron atascadas en el infinito silencio de esas palabras que no digo, en ese silencio sin razón que muerde y me hace, a veces, la mujer atrevida que quiero ser y muchas veces no soy. Estas palabras, antídotos para el veneno de tu locura, quiero sacármelas del sistema, escupirlas, lanzarlas como dardos tóxicos justo en tu frente, clavarlas allí para que no las olvides, quizás por la embriaguez, por el dolor o por la sorpresa, como sea, por lo que fuera. 
   Estas malditas palabras, casi pecaminosas, las del escarmiento, estas mismas te diré un día con dos o tres tragos encima, con una valentía de idiota funcionando como timón de este cuerpo que te inventa a veces por las noches, este cuerpo que te inventa sincero y directo, sin cervezas, sin preguntas absurdas ni heridas.
   Tengo que sacarte de mi sistema, cada parte de mi ser, toda la extensión de mi cuerpo necesita desintoxicarse de ti: ponzoña. Eso eres, veneno. Veneno y obstáculo y por eso tengo que sacarme del sistema estas palabras que me resecan la garganta cuando hablamos, estas palabras que me quitan el aliento, que me dejan sin aire y me suben por la espalda como un escalofrío.          Estas mismas palabras que padezco tengo que decírtelas un día... y de decirlas, ¿qué pasaría? Estoy segura de que nada. Nada pasaría... nada. Estas palabras que tanto quiero sacarme del sistema, en el peor de los casos, podrían dejarnos sin palabras a ambos, ya sabes, terminar con este invento de amistad que tenemos. Sí, estas malditas palabras que son confesión y a la vez también dolor, estas que sueño y son pesadilla, las punzantes, las mismas palabras sentimentales, esas que tengo que sacarme del sistema para poder estar tranquila, esas mismas te las diré un día con dos o tres tragos encima.

martes, 18 de agosto de 2015

Depende.

¿Verdad o reto?
'Depende' dirías, estoy segura. Yo, en cambio, si me sintiera sincera en ese momento, de seguro escogería verdad o si por el contrario me sintiera ganadora, elegiría retarte. 

¿Blanco o negro?
'Depende' dirías, no hay duda. Yo, sin embargo, si me sintiera feliz, escogería el blanco, o, en su defecto, el negro, si me sintiera melancólica... o hasta ambos, si quisiera sentirme clásica.

¿El día o la noche?
'Depende', asegurarías. Yo, por mi parte, si me sintiera con ganas de correr, elegiría las horas de la mañana o si me sintiera taciturna, la noche.

Y luego solo quedo yo, 
intentando descifrar tus 'depende' el resto de la noche

lunes, 17 de agosto de 2015

Esa vida oculta que llevas.

     Esa vida oculta que tanto me escondes, la que corrompe tu alma, la que incendia tu ángel. Esa vida, la otra, que voltea tu cara y te transforma, la que no nos deja avanzar, la vida esa que es lujuria, sexo, engaño, la que nos segrega, la que hace años llevo aceptando, la que ya me aburre. Sí, esa vida tuya que es venenosa y me asquea, la que no puedes dejar de vivir, de esa misma he querido exorcizarte toda mi vida, toda esta vida mía que me diste, toda mi vida que repite tus mentiras como un cd rayado y me frustra y cansa a veces. Sí, esa vida tuya que es descontrol y desequilibrio, pérdida tras pérdida, placer y dolor a la vez. Esa vida que viven tus ojos y a veces nos divide en cinco partes o en nueve, dependiendo de tus engaños, que son tantos que los vivo como si fueran míos y duelen como si fueran conmigo. Hablo de esa misma vida que vives a la par con esta que nos hace comunes, que nos une en el día a día y nos sienta en la misma mesa para comer. Exactamente, ya tú debes saber de lo que hablo: hablo de tu vida que es como la mía, de tus dolores que son mis dolores, de tus vicios que serán los míos, de tus manos que son las de muchas. Hablo de tu vida, la más dañina vida y la que has decidido vivir.

...cómo me aburren ya tus engaños.

viernes, 14 de agosto de 2015

Cable pela'o.

  

   Yo aún estoy pensando en cómo llamarte, me refiero a que en mi blog acostumbro a llamar a los hombres reales de mi vida con algún seudónimo o apodo, justamente para que ellos puedan adivinar o no que efectivamente hablo de ellos. Lo cierto es que tengo a mi nómada, al cual a veces también llamaba 'ese hombre'; también escribí un par de veces sobre 'el mala conducta' u orgulloso; o de mi colega; o hasta de él, que ciertamente aún no tiene un nombre fijo, pero que es fácil de identificar si lo describo pensativo, meditabundo y brutalmente serio, todo lo contrario a mí.
   Con esto, y quiero que quede claro, no intento hacer un recuento de todos los hombres que existen en mi vida y me han inspirado para escribir, mi única intención es bautizarte con algún alias y camuflajearte, es casi como proteger tu identidad, porque en estas últimas semanas tu nombre ha estado resonando un montón en mi vida. De hecho, ayer no podía dormir, a causa tuya, y eso no es justo (después, quizás, cuente el porqué).
   Hoy, al sentarme frente a mi laptop para escribir esto, pensé en que eres un cable pela'o en mi vida, y que quizás debía llamarte así, pero quise informarme más al respecto en internet y varias personas opinaban que se trataba de dos personas que se gustaban mutuamente, hasta leí un comentario que me llamó particularmente la atención y declaraba que esa pareja era propensa a que ocurriera un 'corto circuito'... y el caso es que ese no era nuestro caso. Al menos no en la actualidad.
   Yo antes sí andaba 'pendiente', te escribía y era feliz siendo correspondida, aún así nuestras conversaciones nunca fueron más allá del qué haces o qué has hecho, qué piensas de..., o cómo estás. Cosa que me alivia y confunde profundamente, claro está, pero que me inquieta demasiado también, no puedo negarlo.
   En fin, hoy no volveré a hablar de lo confuso que eres y me resultas, hoy solo es tu ceremonia de bautizo y si de algo estoy segura es que 'cable pela'o' no eres y 'materia pendiente' tampoco, tú eres más como el indeciso... no, eso me hace pensar en que debes elegir entre ella y yo, y ese no es el caso, créeme, no lo es.
   A ti quizás debería llamarte "amigo", así, entre comillas, porque amigos de verdad no somos. Ese es el que más me gusta hasta ahora, sin dudas, porque la última vez que te escribí te llamé idiota y eso no está bien, lo acepto, así que discúlpame por eso, pero razones tenía para andar odiándote un poquito, aunque la verdad no odio a nadie.
   Le pondré a este escrito 'cable pela'o' (porque me parece que el nombre llama la atención), pero lo cierto es que hasta ahora tú serás el fulano "amigo", el tipo de los números, el confuso y confundido, ese mismo serás tú, ¿de acuerdo?
   Bueno, aunque no lo estuvieras, seguro no me enteraría, así que da igual. De verdad me da igual.

... a mi "amigo".