Dolerá, sé que dolerá. Arderá en la parte más sensible de mi pecho, cuando despierte y no estés allí, cuando extienda un abrazo y mis manos queden vacías, cuando busque calor y tan sólo encuentre frío, será doloroso, mortal, tétrico, triste... y mi corazón resentido no podrá evitar sentir un poco de rabia ante lo sucedido, también desprecio, pero jamás sentiré eso que llaman "olvido", eso que tantos dicen y tan pocos cumplen; será como si mis lágrimas arrasaran con mi orgullo, bajo una densa lluvia de palabras dichas y despedidas pre-fabricadas, será como un último aliento emitido por quien anhela seguir siendo un organismo vivo. ¿Entiendes? Dolerá, seguro va a dolerme esa noche cuando me asome en la cocina y no vea las migajas de comida sobre la mesa y conformando un camino sobre el piso; eso me recordará tu desorden masivo... y dolerá no ser parte de aquello, no reprenderte de nuevo, resultará como un ácido, un veneno, una mordida de serpiente, tanto así dolerá no abrazarte en medio de la noche, no recostar mi cabeza sobre tu pecho, estar sola en la habitación, mirar el espacio junto al televisor y no encontrar tus dvd. Será una noche oscura esa que pase sin sobar tu espalda. Será una mañana gris esa en que despierte en el que solía ser tu lado de la cama. Será una tarde terrible esa que no lleve como merienda un beso tuyo... y dolerá, quemará como el fuego vivo sobre mis pestañas, como agua hirviendo sobre mis labios, como un incendio que se propaga en mi interior, justo en la parte más alta. Arderá, y ese ardor se concentrará en la punta de mis dedos, como un insecto, como una tortura, como si me estrangularan; tanto así dolerá no tenerte a mi lado...
... gracias a Dios que sigues aquí, conmigo y no siento dolor,
sólo una inigualable felicidad.
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