sábado, 22 de octubre de 2011

Caminos separados.

     Acabaremos siendo los más idiotas de nuestra propia historia, tú irás de fiesta en fiesta sonriéndole a varias mujeres, sacando a lucir tus dotes de pendenciero y harás eso que tan bien sabes hacer: "Sonreír", darás respuestas pícaras a preguntas regulares y, al llegar a tu casa, dormirás toda la tarde y en la noche serás el mismo....
     ... ¿yo qué haré? "¡Leer un libro!", dirías tú, haciéndolo sonar como la cosa más aburrida del mundo, pero sí, creo que eso haría, o tal vez vería una película de amor, esas en que no sabes si los protagonistas quedarán juntos o no y ya tú sabes más o menos lo que pasará con los personajes secundarios.
     Esos serían nuestros caminos separados.
     Odiándonos.... no, no a nosotros, a lo que el otro desata en cada uno. Odiaremos esa maldita química, esa dañina dependencia, el calor obsesivo de nuestra pieles, los besos ásperos de nuestros labios, la pasión desmesurada, las peleas que nos propiciaban maravillosas reconciliaciones, y seremos un  par de mentirosos, tan idénticos al montón, seremos otra de esas parejas que tanto se aman y tantas excusas de porquería tienen para no estar juntos, seremos lo que siempre odiamos, lo que nunca seríamos, seremos lo contrario a ese "Por siempre estaremos juntos" que tanto me prometiste y al que tanto irrespetaste.
     Eso éramos los dos unidos: Un desastre. A veces era bueno ser un desastre, mutuamente nos arreglábamos, pero empezó a aburrirnos, empezaba a reír sin ganas y los Te amo hoy se tornaron Te amaba, eso era lo que te decía... y qué absurda, y tú qué rebelde.
     Sí... ahora que ya no estás, leeré más libros de mi biblioteca.
     Esa soy yo sin ti...
     ... y yo ya no sé cómo eres tú sin mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario