viernes, 2 de agosto de 2013

No quiero... a veces quiero.

     Te llevo aquí dentro. Vas y vienes conmigo, estás siempre, no te pierdo. Te llevo en mi bolsillo como las llaves de casa, como el alma empaquetada, te cuido como a mi aliento y no quiero... a veces quiero, a veces tan sólo quiero sacarte de allí y lanzarte lejos, pero no puedo, no se puede lanzar el alma al aire sin dolor, sin que duela, sin morir mil veces y esperar renacer sin dolor, sin la sensación de que falta la mitad de tu cuerpo, o la razón de tomarte el café cada mañana, o sin sentir que la cabeza se te va a un lado, o te falta el otro pie. No quiero... a veces quiero no pensar que lo mejor es dejarte allí doblado secretamente en mi pantalón, aunque incomodes, aunque tu silencio me absorba las ganas de continuar... y es que a veces me imagino cruzando la calle y deshaciéndome de ti, y a la vez luchando contra el viento para que no te lleve lejos, para poder darme media vuelta, recogerte y sacudirte el sucio. No quiero... a veces quiero, la verdad no sé qué quiero... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario