domingo, 31 de enero de 2016

Tú me gustas.

   
     Tú me gustas. Me gustas como para coquetearte toda la vida, como para celarte en silencio. Me gustas tanto que no quisiera arruinarnos con eso que llaman compromiso, y es por eso que me gustas así, en la distancia, como para saberlo todo de ti, como para hablar de mil cosas, como para dejarte con la curiosidad, así me gustas: como para decirte ambigüedades y dejarte pensando. Me gustas para imaginarme besando tus labios y para soñar despierta con que un día me dirás que te gusto igual. Así, tan misterioso e intocable me gustas, con tus dudas e inseguridades, con tus días de ausencia y los que están repletos de ti. Siempre, desde que te conocí por esa casualidad de haber nacido, me has gustado, y aceptarlo no me matará, en cambio, me liberará. Me gustas, me gustas como para seducirte con mi inocencia, como para hacerme la desentendida. Me gustas como para jugar ese juego de ignorarte hasta que me escribas, así, así tan sencillo es que me gustas, y ese es un gusto que quizás me acompañará por siempre, porque lo que no se descifra es atractivo y atrae, y tú, desde un principio, siempre me has atraído. Tú me gustas. Me gustas como para hablar, reír e imaginar, como para salir una vez sin poder tocarnos y luego soñar toda la noche con lo que habría pasado de poder hacerlo. Me gustas tanto que a veces no lo haces, porque te olvido, pero cuando vuelvo a recordarte: me gustas como desde aquella primera vez en que me nombraste.

al intocable,
esta es una de mis ambigüedades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario