martes, 17 de mayo de 2016

El último primer polvo.


Esa noche te fuiste antes de que pudiera besarte.
Toda la madrugada el deseo me acompañó,
pero ya nos habíamos dicho adiós.
Demasiado tarde,
demasiado pronto, da igual.
Sigo pensando que pude hacerte mía
y no lo hice,
¿por qué?
¿por qué despedirnos antes de lo inevitable?
Amor, esta es mi invitación:
Regálame nuestro último primer polvo,
y que este, aunque único, sea el mejor,
¿qué me dices, amor?
Esa noche te fuiste antes de que pudiera besarte,
tan anticipada fue nuestra despedida
que no pude acariciar tu espalda completa 
en la más extensa y larga dimensión, 
de la manera más suave y dulce que te imaginas.
Tan rápido fue el adiós, amor
y por eso te hago esta invitación:
Regálame nuestro último primer polvo.

a este par,
de una noche de tequila.


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