jueves, 17 de marzo de 2011

Amigo, compañero, hermano.

Qué felicidad me produce tenerte a mi lado, amigo, hermano, compañero, camarada, mi apoyo. Cada vez que lloré, tu hombro siempre estuvo a mi completa disposición, cada vez que reí tus risas estaban dispuestas a complementarse con las mías, en cada travesura que ideé tú estuviste delante de mí cuidando que nadie se interpusiera en mi camino. Eres mucho para mí, y yo soy infinidad de cosas por ti. Me has enseñado detalles pequeños y teorías enormes, me has entregado tus secretos para yo convertirlos en míos también. Me has hablado de amores y desamores y yo he oido atentamente, dando mi opinión como mujer... aunque muchas veces no me escuchas, jajaja; pero así aprendes. Sólo te vi una vez llorar, el resto estuvo colmado de tus sonrisas, esas que no se acaban ni hasta en los momentos difíciles. Tus gritos se filtran por mis recuerdos, esos que atesoraré en mi memoria al separarnos, amigo; cada llamado: "¡Alana!", cada organización improvisada, cada desastre imprevisto, tu esperanza porque hoy sea un día histórico; siempre he creído que lo dices porque esperas que algo verdaderamente emocionante suceda y así poder decir luego: "Lo sabía". Amigo, que la posible y venidera distancia no sea más grande que nuestra amistad, que no valga más y nos importe menos. Gracias por todo, mano derecha, disculpa mis faltas y perdona mis errores; sigue tu vida así de feliz y no olvides que haces a alguien dichosa con tu amistad. Te quiero mucho.

Dedicado, en total proporción, a mi amigo y hermano: Carlos L.
Feliz cumpleaños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario