miércoles, 16 de marzo de 2011

Ella y él.

El pasado ha pasado, pero para él aún su nombre lleva título en sus recuerdos y aún es un misterio la fecha de vencimiento de esos anhelos. Ella, por otro lado, ha decidido olvidar y lo ha logrado muy bien... demasiado bien como para haberle dicho alguna vez Te Amo. Se dice que ya tiene otra relación y su cara luce otro tipo de maquillaje, con el pecho expuesto y las piernas cruzadas en cada club, bailando con un tipo y luego dos.
Él aguarda en su apartamento, esperando una llamada a medianoche que le de la gran noticia: "Ella te sigue amando"... esa es una gran mentira. La noche llega y con eso sus añoranzas, el peculiar sonido de los recuerdos y el roce de su ausencia; si él supiera que es mejor sin ella y que ella es peor con él, que aquella relación se basó en mentiras y no valió la pena.
Ella sale cada noche, coquetea con tres u ocho hombres, los lunes y sábados se lleva uno a casa y lo demás es historia. Ella no ha sido infiel a sus creencias. Él sí, pues cuando ella le dijo: "Esto será una relación abierta", él sólo la ignoró y no tomó credibilidad de sus palabras. Hoy hace el papel de idiota, como siempre, sólo que esta vez ella no está a su lado, tomando su mano y escondiendo mucho de lo que hace.
Mujer, qué fastidio.
Hombre, qué idiota. Está comprobado... a los hombres les gusta sufrir.

Me habían pedido este escrito hace un tiempo y hoy he tomado la actitud para redactarlo.
No tengo que explicarlo, ¿no?

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