martes, 26 de abril de 2011

Quizás, sólo quizás.


¿Adónde va un Te Amo cuando es olvidado?
¿Acaso a la interminable lista de palabras sin significado?
O, quizás, sólo quizás, existe un lugar especial para esa frase, una sección que separe lo que te dije y no era importante con lo que aún sigo diciendo y, aunque lo olvidas, personalmente, me sigue resultando tan imperativo como tu presencia, tan necesario como el aire para mis pulmones, tan inestable que a veces, como la humana predescible y trivial que soy, tiendo a dudar; pero tu indiferente rechazo de nuevo me golpea el pecho y me despierta a media noche como si estuviera a punto de morir ahogada. Oye, mi amor, tus continuos "No" van directo a mi lista de lo que me dicen y no escucho... ¡Qué terca! Te puedo oír decir a mis espaldas; ¡Qué masoquista! Me regaño internamente. Porque el amor es sordo sin fronteras, ciego sin sentidos, sensible sin superficie y jamás mudo, porque dice lo que siente.
Entonces, amor, ¿podrías decírmelo? Cuando olvidas que existo, matas lo que te digo y pasas por alto el que te mire, en ese cuarto de segundo, mientras piensas en ignorarme y ejecutas la acción que complementa lo que hay en tu cabeza, por pequeño que ese instante sea, ¿te has preguntado adónde va lo que acabo de decirte? ¿Podrías responder eso?
¿Adónde van unas caricias cuando carecen de significado?
¿A qué lugar se dirigen las miradas que das por sentado?
Cuando se acaben de manera definitiva los pétalos de mi flor, y yo misma termine de preguntarme si tú me querrás, sólo entonces, mi corazón enamorado entrará en razón y entenderá que las decepciones fueron más que las razones, y será allí, en ese preciso y mágico momento en que te recordaré con cariño, sonreiré y quizás, sólo quizás, logre entenderte.


Cuando algo no tiene gran significado para ti, ¿no te has preguntado adónde viajan esas palabras, esas acciones... ese impulso? O es que quizás, sólo quiás, jamás entran en ti por completo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario