jueves, 3 de marzo de 2016

Al "amigo" y su retórica clandestina...

   Al "amigo" le gusta jugar a la retórica clandestina.
   Así he decidido llamar hoy a ese arte que desempeña de envolverme entre la más fina capa de aire para después soltarme sin siquiera dejarme caer en cuenta de mi libertad.
   Al "amigo" le gusta eso de ser indirecto y 'dejar a la imaginación', él juega con mi mente, me atiende, me descuida, me quiere, me olvida y, a veces cuando llega: retórica, la maldita retórica que danza sobre cada una de las palabras que emite con cierto secreto entremezclado, aunque también cierta disonancia en el fondo, a donde nadie se asoma... porque, a fin de cuentas, al "amigo" le gusta el misterio, no decirlo todo, y, de lo poco que dice, impregnarle a ello su esencia, ¿cuál esencia? Retórica. Sí, la maldita retórica que conmueve y persuade, como un político aficionado a la religión, así es él... mi "amigo", el hombre que creó su propio estilo de manipulación, ¿qué estilo? ¡Ya lo he dicho!: la retórica clandestina. La maldita retórica clandestina.

Al "amigo", ese al que le doy siempre la razón, no sé cómo ni por qué.

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