jueves, 3 de marzo de 2016

... De la vida.

Tengo que sacarte de mi mente, y hacerlo lentamente, como aquellos besos de noviembre en el cuello. Lento como cuando nos queríamos de cuerpo de cuerpo, como un dulce arrebato de locura, como enamorándonos después de sufrir, como la luna en enero, en tu pecho, como cuando me acariciabas el cabello… así, tan lento, como una mirada en el tiempo o un recuerdo de anhelo. Tengo que sacarte de mi vida, de mi aliento, de mis palabras que te invocan como el único verbo accionado por este cuerpo. Este cuerpo que te extraña, que te grita y te adivina como masoquista. Tengo que… tengo que olvidarme de ti.

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