lunes, 24 de enero de 2011

Hoy, más que nunca.

Aún es cálido el roce de los años, aún festejo cada cumpleaños. El pasar del tiempo no me ha lastimado, sigo sintiéndome joven, aunque las arrugas me fracturen el rostro o me crea más sabia. Aún cometo los mismos errores, sólo que esta vez tengo tiempo para pensar.
Soy el reflejo del tiempo, de las horas, de interminables amaneceres y anocheceres. Soy testigo de las décadas, confío a plenitud en las marcas de mi cuerpo, y no me molesta ser quien soy.
Aún miro al mundo con los mismos ojos, sigo amando la vida como hace treinta años atrás y disfruto compartir este aire contigo.
Es inevitable pensar en el pasado, pero, a pesar de todo, no me arrepiento de nada. Tengo más de cincuenta maravillosos relatos que contar y una familia que ya está cansada de escucharlos y me regalará nuevos oyentes.
Aún el corazón que late dentro de mi pecho es el mismo, aunque soy más sensible y frágil ahora, me siento llena de fortaleza, hoy más que nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario