domingo, 9 de enero de 2011

¿Por qué llamas a esta hora?

Llama más tarde, que su mirada me hace sentir culpable, es como si, inconcientemente, ella supiera mis pecados e intentara hacerse la indiferente, porque ella sabe que eso me hace sufrir más, porque ella me conoce como el tiempo conoce sus horas, aunque ella aún sonríe y me confía lo que ustedes hacen, normalmente ella no estaría actuando así si supiera algo, pero, a pesar de todo eso, hay algo en sus pupilas que no me deja tranquila, y es mi reflejo, verme allí y recordar que estoy frente a mi amiga y ella me quiere, verme como ella me ve, ver el miedo en mi gesticular y no entender cómo ella aún me cree cuando le digo que no me pasa nada.
¿Por qué llamas a esta hora? ¿Acaso la madrugada te parece apasionada? ¿El eco de mi voz en la oscuridad te da cosquillas en la nuca? ¿El peligro de su cercanía te excita?
Ella está allí, en la otra habitación, y no puedo creer que Te Amo a sus espaldas, que más de una vez te he besado cuando está en la sala, que al oír hablar del amor, eres tú quien pasa por mi cabeza, y te aseguro que es en ese instante el único en que pensamos igual. Por que ella y yo somos muy diferentes, pero nos queremos... y tú nos quieres.
Mis manos están frías, mi aliento susurra tu nombre, la oscuridad me lanza al vacío y refleja la soledad en la que quedaría sin ustedes. No llames a estas horas, pero, sólo por ahora, hazme compañía, enfrenta junto a mí mis demonios y consuélame, aunque no haya consuelo para aliviar mi culpa y mis miedos, mis mentiras y mis pecados.


Pensé: "He escrito poemas que reflejan muchas historias". Pero no sabía sobre qué escribir esta vez. Entonces pensé: "No he escrito sobre la típica infidelidad entre amigas", y creé ésto.
Que asunto más trivial... ¡Cuántas millones de veces ha pasado! Y seguirá pasando...

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