viernes, 26 de agosto de 2011

DIARIO 20: ¡Regresé!


Sí, sí... Desaparecí, pero aquí están mis explicaciones:

Estaba de viaje... Lo cierto es que estos últimos meses han sido para mí un ajetreo constante: Primero debí concentrarme en exponer mi proyecto final en el colegio, y no sólo hacerlo, sino hacerlo bien; de ésa salí muy bien, con mérito a mejor expositora y todo. Luego tuve que presentar la prueba psicológica para la Universidad y sobrellevar la decepción de que un desconocido me dijera y que "No tiene perfil psicológico", ¿ellos qué saben? Después debí terminar clases de solfeo con un exámen de lectura en el que "o salía bien o salía bien"... y gracias a Dios salí bien, y no sólo bien, sino muy bien, con mi destacado y maravilloso 19. Estaba feliz, pero aún faltaba la Graduación, tenía que escribir el discurso de agradecimiento en nombre de toda la Promoción y decir las palabras de entrada; gracias a Dios todo salió bien y esa noche bailé con todo el mundo hasta decir -basta- en mi fiesta de graduación... pero no había terminado, tenía esta angustia, porque con tanto ajetreo no había vendido las rifas para mi viaje a Margarita, ¡y cómo sufrí con aquello! Pero ¡cómo gocé en Margarita! Una semanita entera, desde el 11 de agosto hasta el 18 del mismo mes, y visité Coche, hice el recorrido en la Restinga, fui a unas playas magníficas e hice contacto con el agua salada del Mar Caribe, fue magnífico... me hacía falta broncearme, pues parece que no es suficiente con el ardiente sol zuliano. No, no, no, no... quería broncearme y que me quedara la marca del traje del baño, algo así... y pude lograrlo a medias, pues soy muy paliducha, jajaja.
En fin, ¿qué recuerdo me dejó marcada? ¡Puerto La Cruz! ¡Dios santo! El Edo. Anzoátegui fue duro, tuve que pasar la noche allí, metida en un bus, con calor y... lo cierto es que me traje recuerdos de Anzoátegui y, sin importar de qué manera, fue el estado que me marcó. Punto.
A ver... Extrañé bastante escribir, no lo hice casi durante esa semana, sólo anoté breves Notas en mi celular, nada más. Me había llevado un libro de Paulo Coelho, "El alquimista", ¿y creen que tuve tiempo para leerlo? ¡No! No sé si seré yo y que llevándome un libro a la playa o será que de verdad no tuve tiempo... y pues ¡sí! No he leído aún El alquimista.
Algo que sí es seguro es que traje conmigo mucha inspiración. Venezuela es bella y tiene paisajes que pueden hacerte parecer que te consumen, te llegas a sentir insignificante entre tantas montañas y sabanas, hay momentos en los querrías quedarte unos segundos para respirar ese aire puro que traen las brisas del mar o quisieras tener unos minutos para dejar correr la arena a través de tus dedos... simplemente desearías dejarlo todo y mudarte allá, vivir en una casa playera y tostar tu piel y escribir un poema mirando hacia la playa, con el viento azotando tu tranquilidad y el calor combatiendo contra tu bloqueador solar. He dicho punto y final.

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