martes, 20 de diciembre de 2011

DIARIO 21: ¡Sonriéndole a la vida, baby!


¡Sí!
Diciembre comenzó bien, sigue excelentemente y parece que terminará mejor para mí... Este mes ha sido bueno conmigo.
Resulta que, con tantas cosas que me están pasando, me he puesto a pensar un poco en lo que he dejado atrás, en la maravilla que resulta la palabra "Basta" cuando te la dices a ti misma con una honestidad llena de adrenalina y decisión. Esa palabra no sólo me ha salvado a mí de unas vacaciones terribles, también a unas cuantas personas, lo sé. Sólo aquel que se haya dicho "Basta" a sí mismo sería capaz de entender a qué me refiero. Si en junio me rechazaron y en julio abandoné cosas y luego de nuevo volvieron a rechazarme en octubre... en diciembre no han hecho más que darme la bienvenida, y en vez de dejar cosas, me he aferrado a varias. Creo que puedo sonreír alegremente, la vida se ha tornado totalmente distinta desde que le dije -Adiós- al colegio y me convertí en una futura estudiante universitaria, he conocido gente diferente, agradable... interesante. Aún sigo haciendo las cosas que amo -escribir, leer, estudiar música-, sólo que ahora las hago siendo algo egoísta y hasta narcisista; creo que pasé mucho tiempo de mi vida pensando en los demás y jamás logré desentenderme de ese gran error, sino hasta ahora, que escribo para mí, que leo para mí y estudio música porque así lo decidí y así lo quiero.
Cambiando un poco de tema, a veces llego a pensar que son los hombres los que no tienen sentido, los ganadores en esa guerra de sexos de "¿quién es el más complicado?", pero luego debo aceptar que las mujeres somos más complicadas de lo debido, somos como la matemática más compleja, vamos a la velocidad de la luz y el cerebro masculino no logra alcanzarnos... es algo así. Y, ya que hablo de esto, descubrí que casi todos los muchachos de mi edad aún no han madurado y no tiene  ni idea de lo que quiere una mujer. Ojo, no lo dije a causa de una frustración personal, es sólo algo que sé y quería compartir. Por otro lado, me quedo con los hombres -sí, dije "hombres", no "muchachos"-; los que parecen ver hacia el futuro y no se ahogan en un vaso de agua.
¡Pero qué cruel estoy siendo!
Lo cierto es que aún así sigue resultándome más divertido escribir desde el punto de vista de un hombre, piensan tanto y hacen tan, pero tan, pero tan poco... y si me pongo a hablar sobre una historia que me contaron por allí, les juro que no acabo jamás.
Estuve releyendo mis poemas más antiguos, esos que escribí a principios del año 2010, y me di cuenta de cuánto ha cambiado mi estilo. No digo que ya no soy la misma, sólo que he ido buscando mi propio estilo, ahora me considero menos complicada, creo que he logrado relajarme y escribir historias de la vida real que fueron contadas con palabras simples y sencillas. Creo ya haberme dejado un poco de "las palabras de diccionario" y "los aires de grandeza", jajaja. Espero que les esté gustando.

Aquí les dejo una sabia pregunta: ¿Seguiría siendo el hombre indicado, el indicado aún y cuando hace todo lo posible por evitarme?

He dicho punto y final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario