sábado, 25 de agosto de 2012

Ataca, madrugada.

Ahora viene el silencio de la madrugada.
Pensante madrugada, ¡cómo me atacas!
En mi cabeza van girando miles de pensamientos
y miles de suspiros en mi alma van creándose.

¡Ataca! Es tu hora
la hora exacta de la madrugada
mientras busco el sueño 
mientras él huye entre mis dedos
mientras se deshace en mi pecho
y por un segundo, uno diminuto,
me impulsa y abro los ojos.

Lo que veo es la más asfixiante oscuridad
la cabeza más colapsada
tanto el frío como el calor, ambos los más insoportables
... y de nuevo me atacas.

¡Ataca, madrugada!
Mientras aún existes
Mientras te extingues
Mientras no existe la fragancia de la soleada mañana
Ataca y róbame ese delicado gozo
ese pasajero misterio.

... mátame rápido con tu ataque certero, 
oscura madrugada.

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