domingo, 29 de diciembre de 2013

Ojitos verdes.


Ella ama con desmedido amor. Planta en las personas que la rodeamos la semilla del amor. Ella ama con fervor. Ama con rencor. Recelosa es mi ojitos verdes. Todo en ella es amor.
El sol le tiñe los cabellos de amarillo fulgor. Sus manos son rugosas y suaves cual sentimientos. De sus caricias brota la mesa servida y tres vestidos diseñados para tres princesas.
Ella ama y no olvida. Mientras más madura, más bella, más sabia. 
Ojitos verdes, no cambias, siempre te preocupas de más. Calmas tempestades. Explotas. Ríes.
Te quiero, ojitos verdes. ¿Cómo no quererte?, si todo en ti es amor.
Solo sabes amar una vez, y una vez que amas, lo haces para siempre.
Amas aquí, allá, donde sea. Y los ojitos se te pintan de gris y asustan, y previenen, y enderezan caminos torcidos.
Eres amor. Te vistes con él cada mañana y qué bella te ves, que bien te sienta el amor, mami. Jamás te he visto brillar más que esta mañana. Quizá mañana diga lo mismo.
Seguro al leer esto pensarás: "Yo no soy amor, tú lo eres, hija".
Qué modesta, que bonita mi ojitos verdes. La de la riqueza eres tú, pues eres tú la que me da la bendición.
Toda tú, eres amor.

... a la única mujer que no me canso ni me cansaré jamás de escribirle.
Te amo, mami.

                                                                                                                                                        

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