martes, 31 de diciembre de 2013

Es año nuevo.


  Es año nuevo y te recuerdo. Sigues pareciéndome un sueño... sé que suena trillado, pero de hecho es así.
  Es año nuevo y regresas convertido en nostalgia y trivialidades, en tradiciones, en racimos de uvas y copas de vino. Si supieras que te espero cada minuto hasta que el reloj marca las doce y, al no verte llegar, con habitual resignación alzo mis ojos al cielo y le pido a Dios, a las estrellas, a la luna que te deparen un nuevo año lleno de ilusiones, de satisfacciones y de nuevos amores tan vistosos y magníficos como fue el de nosotros.
  Es año nuevo y te recuerdo sentada a un costado del comedor, con el vestido y el maquillaje perfecto, con los tacones y el anillo aquel de diamantes falsos. Hoy es año nuevo y me vestí para ti aún sabiendo que no me podrías ver, y me causa cierta tristeza ya no poder seguir recordándote, porque según se vaya el 2013, también te habrás ido tú otra vez, o mejor dicho tu espíritu, ese compañero invisible que me abraza y me mantiene atada a lo inatable.
  Es año nuevo y te he vuelto a mentir de nuevo. Toda mi familia se me ha lanzado encima para desearme las mejores cosas del mundo, pero nadie te ha deseado hoy, y sigo pensando que eres el mejor augurio para este 2014.
  Es año nuevo y te extraño. 
  Brindemos porque te extraño.

A. C.

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