jueves, 21 de octubre de 2010

Aún es la misma escena.

Aquí sentada, la misma mesa, la misma silla, el aire acondicionador aún me cubre la cara, como mi chaqueta aún cubre mi torso.
El profesor de quimica es sólo como una música de fondo que habla del carbono y explica la teoría del Big Bam. Aún miro a mi alrededor y mis compañeros son los mismos, sentados siempre en sus mismas mesas. Mi mejor amigo a mi derecha y mis amigas a la izquierda.
Una ola de sueño azotó contra mí, la cara de mi profesor me aburre, aunque sus conocimientos sobre más de una materia te tientan a acercarte.
Poco a poco las cabezas van cayendo, los bostezos son como un virus, y se escucha más de una conversación furtiva sobre el fútbol y, raramente, sobre la clase.
Hay maneras de pasar la hora. Yo escribo, más de uno cierra los ojos y se sumerge en los más locos pensamientos, otros colorean y uno o dos prestan atención.
Aparte del movimiento de la boca del profesor, el tedio se vuelve pobremente interesante cuando éste ejecuta una acción, se pone de pie y escribe algo en la pizarra. Claro que eso no dura si no las más básicas palabras del tema tratado. Hay también cartas y pelotas de fútbol que aguardan ser barajeadas y pateadas, y estoy segura de que todos desearían detener el tiempo y huír.
Aún a esta hora estoy convencida de que no comprendo el 60% de las palabras del profesor, pero eso es sólo porque no le escucho.
Empiezo a delirar con la tabla periódica, recordando el símbolo del litio y el hidrógeno y, aún y cuando resta poco de la clase, no puedo evitar el tedio, el sueño y...
... ¡Oh! Acaba de ponerse de pie. Ya me voy.
Debo prestar atención...


Alana es loca, jajaja (Nota de las dos chicas a mi izquierda. Quizá esto era un mejor final para el escrito, jajaja)

En vivo desde mi salón de clases. Clase de química, prof. W.T.
"LA INSPIRACIÓN ESTÁ EN TODAS PARTES...
... Mi musa, dentro de mí."

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