viernes, 22 de octubre de 2010

Lo que nos separa es él.

A veces el tiempo parece sometido, los segundos son minutos, los minutos horas y las horas días. Sería irrelevante si mi cabeza no empezara a idear, pero se detiene sólo a observar, y recuerda, sostiene el lienzo de tu rostro y me transporta a mi añoranza. Creo que has traicionado a un amigo, pero es por amor, así que no debes sentirte mal. Ya una vez pasó. Ya una vez te enamoraste de mí. Y fue antes que él. Ya todo sucedió y fue mi culpa que no continuase, enteramente mi culpa. El eterno disturbio dentro de mi corazón me halló culpabilidad. El suave recorrido de las indirectas por mis pupilas me arruinó las esperanzas. No es tu traición, es nuestra traición, pues me he inclinado hacia tus cortejos y no hacia los de tu amigo. No lo tomes a mal, pero la primera vez no hubiera podido ser; aprovéchame ahora que yo también te quiero y besa mis labios suavemente para disfrutar lo que te había sido prohibido. Todo jugó en contra. Pero aún sé que, si esto vuelve a pasar, estaré allí queriéndote besar, pues ya una vez estuviste tras de mí, ya una vez nada sucedió, ya una vez el silencio te gobernó.

Dedicado a aquellos hombres enamorados de "la chica prohibida"...

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