jueves, 28 de marzo de 2013

Nos faltamos.

A ver, juguemos limpiamente el juego de las faltas, hagamos que los papeles se inviertan: Tú me extrañas hasta que arda y yo me desaparezco del mapa. 
Hagámonos falta, a ver qué pasa.

¿Sí aguantas o te cansa la intriga, o te atacan las ansias?
Tú, el que dice ser el hombre de hielo, ¿no me extrañas?
Quiero creer que no me engañas, pero es confuso cuando no puedo ver en tu mirada las marcas de nostalgia, los destellos de melancolía.
¿Que hay en tu alma?
A ver, si hoy te falto y el resto del mes también, ¿empiezas a preguntarte qué pasa, empieza a molestarte la incertidumbre?
Si tus manos pican, si la nuca se te congela, si pasas la noche en vela, tendré que juzgarte, mil veces juzgarte, mil veces condenarte.
Pero, si no te falto:
No, no lo creo. Entonces, jamás habrías leído esto.

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