jueves, 1 de septiembre de 2011

Ya no creo en tus frases.

   Ya no creo que tus "Te extraño" vengan dirigidos a mí, tampoco tus "Te amo", ni los estados que colocas en FaceBook con fragmentos de canciones que hablan más o menos de lo mismo que nos pasó... y hace minutos descubrí que ya no creo en ti.
   Me dijeron por allí que conociste a otra mujer, quizá más bonita que yo, quizá con los ojos de color y más seguridad en sí misma, y tal vez sea por esta razón que ya no creo en ti. Y hablando de creer, creo que ya me olvidaste, creo que ya te aburrí, creo que buscas quien sustituya mi lugar, una más alta, una más delgada, tal vez no más inteligente, pero sí más dispuesta. Si me vieras no creerías esto: "¿Alana creyendo en rumores sin fundamento?". Eso no me enorgullece.
   No deberías de ser tan indiferente conmigo, idiota, si tú eres hoy, por tantas razones, una creación mía: Cuando descubriste que me gustaban los hombres que escribían bien, arreglaste tu desastroza ortografía, cuando supiste mi manía con las uñas, empezaste a tenerlas limpias todo el tiempo... ¿y qué hay de tu futuro? Quizá escogiste tu carrera porque te dije que allí te veía.
   ¿Qué intentas? ¿Confundirme?
   Lo cierto es que ya no creo en tus mensajes personales, ni en nada que venga de ti... ya no creo que me pienses, y cuando dices "Te extraño", sólo puedo pensar que se lo dedicas a esa otra, la del rumor. Ya no te imagino dedicándome tus frases.

... ¿Sabes? Y aunque no lo parezca, dejó de importarme hace ya varios meses atrás; pero me divierte pensarte, siempre lo ha hecho, ¡pensarte pensándome! ¡Já!
Sé que no me has olvidado, pero quiero que sepas que ya no planeo arriesgarme, y si llegara a arrepentirme de dejarte, créeme que no iría tras de ti, porque aunque sé que aún me quieres... ya no creo en nosotros, ya no creo en tus frases.


Ahora tus frases son eso...
una sombra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario