martes, 6 de marzo de 2012

A escasas horas de la mañana.

              A escasas horas de la mañana veo un sol roto por la mitad, asomarse en la penumbra de varios ocasos boscosos. 

        Es una mirada de fantasía y un roce de locura. Es un nuevo día que iluminas y que desechas.

         ¿Y si no es eso? Será entonces una mirada tuya bañada con luz de verano, salpicada por agua del desierto, estremecedora como frío acero, inquietante como oscuros misterios.

       Por ahora, deja secando nuestras ropas en tu vibrante ocaso... o en tu mirada, como prefieras llamarlo; igual de secas quedarán, igual de cálidas resurgirán, suaves y limpias.

            Así quedo yo luego de una mirada tuya, luego de presenciar el ocaso...

            ... ¿por qué ese par de camisas deberían reaccionar de otra manera?

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