jueves, 24 de mayo de 2012

Él lo dijo.

   


     Esos minutos asesinos que viví, ese hombre con sus lentes y su barba corta, sus manos deslizándose tumultuosamente por esa hojas de examen. Les aseguro que mis manos sudaban frío, el dolor de espalda se me quitó un rato y pasó a ser como un cosquilleo, después volvió y vayan ustedes a imaginarse cómo fue todo cuando lo dijo.
   ¡Lo dijo tan bonito! Ningún hombre, jamás, lo había dicho tan bonito. No sé si fue el momento o que de verdad su voz era profunda y misteriosa. El caso es que lo dijo, ahí, frente a toda la clase, y yo sentí que me elevaba de la silla y llegaba hasta una nube de esas esponjosas y blancuzcas que hay en el cielo. 
   "Gracias", le dije. Gracias por hacerme volar, gracias por ese regalo de cumpleaños anticipado, gracias por decirlo como un susurro, como si fuera un sueño de esos en que quieres obligar a tu cuerpo a volverse a dormir para que no se acabe.
   Salí de esa sala como bailando, no sé qué música. Quizá la de la felicidad.
   Ustedes no saben cómo fue, ¡tendría que pasarles! Yo sentía... sentía que podía saltar esas escaleras y ahorrarme los escalones. Sentía que el sol se había congelado y con ello mi gesto. Mi gesto que no era más que una sonrisa de esas que muy poco suceden y cuando suceden: ¡Ay, Dios mío! ¡De verdad suceden!
   ¡Aquella felicidad me sobrepasaba! Me sentía extasiada, como anonadada, como que: "¿De verdad él lo dijo? ¿De verdad su voz de caballero perfecto dijo eso? ¿Ahí... frente a toda la clase?"
   "¿Yo? ¿De verdad yo?", debí preguntarle, pero qué idiotez, qué gravedad la que experimentaba mi cuerpo sobre esa nube. ¡Esa nube era la más bonita del cielo y yo estaba montada sobre ella! ¡Qué maravilla! 
   Ustedes se preguntarán, ya fastidiados de tanto gozo ajeno: ¿Pero qué  fue lo que dijo el hombre de la voz perfecta?
   ¡Él dijo mi nombre! Sólo eso.... ¡Qué belleza! ¡Qué alegría! ¡Qué hermoso se ve todo desde mi nube! 
   Y el sol sigue congelado, cada escalera que veo, la salto. Cada rincón vacío es un escrito.

"¡Mi flor cortada!", gracias por la existencia de esa mujer y ese escritor. 
Su pasada alegría es la mía en el presente.


1 comentario:

  1. todos te miramos subir en esa nuve yo que estaba a tu lado te vi volando !!!

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