jueves, 8 de septiembre de 2016

Desde que nos dijimos adiós.

 Resultado de imagen para semaforo ciudad noche
Desde que nos dijimos adiós no solo he aumentado 4 kilos, sino que también me he vuelto adicta al café, lo sé porque no tomarlo me ocasiona fuertes dolores de cabeza durante el día. Desde que nos dijimos adiós, he leído tres libros de Gabriel García Márquez y he encontrado allí razones para seguir odiando y amando tu recuerdo. Desde que nos dijimos adiós, me he vuelto una workaholic, lo que irónicamente, también me ha ayudado a conocer nuevas personas. Desde que nos dijimos adiós y no sé por qué razón, los semáforos me susurran tu nombre, eso quizás porque mi ciudad nunca antes había lucido tan parecida a alguien. Desde que nos dijimos adiós, mi papá me ha preguntado más de un par de veces en qué pienso tanto, y siempre tengo que inventarle algo, o acudir quizás a mis audífonos, quienes han sido fieles compañeros en este camino. Desde que nos dijimos adiós, me he vuelto algo adicta a las redes sociales -lo admito- y la batería de mi celular dura el doble de tiempo. Desde que nos dijimos adiós, cada vez que algo me ocasiona mucha risa, me detengo en seco varios segundos después, quizás por respeto al vacío que dejaste y que me acompaña sin falta a donde vaya. Desde que nos dijimos adiós, me he emborrachado una vez -la primera- solo por ociosidad, y varios asuntos me preocupan, aunque la verdad, de un tiempo para acá, prefiero la preocupación que estarte pensando a cada rato... y eso solo lo sé desde que nos dijimos adiós...

No hay comentarios:

Publicar un comentario