domingo, 20 de junio de 2010

Dibujando en mi libreta.


Rayando la silueta quebrada de un árbol en pleno otoño te descubrí, llevabas una camiseta de mangas, pantalón rayado y ojos de esperanza. El sol nos alumbraba, todo parecía una coartada. Era un caleidoscopio el dibujo en mi libreta, inspirado en tu aparición, con la musa de la sanción que representabas para mí en aquel momento, mientras incendiabas el suelo que pisabas con tu ruda imponencia, el dibujo transmutaba a oscuridad, reflejaba inestabilidad, el árbol se había perdido en tu andar hosco y ambiguo, por que al mismo tiempo eras bello e insoportable, estúpido y envidiable, una inspiración plasmada en mi libreta, con fecha del dos de mayo, con líneas trazadas por engaño, por que creí conocerte, creí haberte visto antes; mi dibujo pasando a inexplicable, las hojas del árbol siendo tu aura, el tronco tus piernas, el cielo nuestro encuentro, yo la tonta cobarde bajo su sombra, que ya era la tuya, que me intimidaba, que me cohibía; mi dibujo tornándose peligroso, los deseos bosquejando un círculo de fuego alrededor, el arte siendo principal poseedor de tu silueta, tú en contraste con las llamas, yo dibujando en mi libreta. Gracias por la inspiración.

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