miércoles, 18 de mayo de 2011

Algo más allá.

No eres sólo tú, es tu manera de andar, cuando tocaste fondo y pudiste renacer como el ave fenix, es la seguridad máxima y divina de tus palabras, tu arduo trabajo y tu forma única de hacerme reír a carcajadas. Tus besos llenos de violencia y las caricias que sueltan tus dedos sobre mis cabellos, la hora fija de esos anhelos, los recuerdos perfectos y nuestro presente que los eclipsa.
No eres sólo tú físicamente, es cómo me tratas, cuando mi nombre entre tus labios juguetea con el tono de tu voz y por ser tú suena mejor, suena distinto y me gusta. En cada juego que jugamos, en cada par de sombras que se complementan, allí estás tú: Mi amor, mi vida, mi capricho cumplido, mi sueño echo realidad, el significado de miles sonrisitas furtivas antes de dormir, el sentido de lo insensato, la razón de lo irracional, la cordura para mi locura. Eres tú el único que logra ser extrañado mientras va a buscar un vaso de agua, eres tú el único que logra entristecerme un día con su ausencia, eres tú único e incomparable, eres amor en toda su extensión, eres infinito, incansable, eres un vino, con los años te me vuelves más delicioso, como el azúcar, dulce, como una simfonía agridulce. Eres tú el único que pinta mi alrededor en blanco en negro, permaneciendo tú de colores, resaltando sólo tú en mis pupilas.
No sólo eres tú y tu manera de tratarme, también tu cuerpo, ese que desata lo peor de esta pecadora, ese que inmuta mis sentidos y pone a funcionar mi intuición. Sólo tú, tu sonrisa, el amor que me embarga, lo irremplazable, mi edición única, el premio después de tanto haber fallado, la ganancia extra. También tu perfume...
¿Qué no me gusta de ti?
Además de todo...

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