lunes, 16 de mayo de 2011

A veces es mejor ser egoísta.

Siempre hay un punto límite, siempre llega ese momento en que dices: "Basta", tanto pensar en los demás, tanto interpretar el papel de la protagonista con buenas intenciones, tanta ayuda rechazada y palabras ignoradas. Justo ahora, acabo de descubrir mi punto límite. Pasar la página, empezar una nueva historia, porque muchas veces fuí juzgada sin abogado, azotada sin delito, acusada sin culpabilidad y me han declarado pecaminosa sin pecado.
Cuando se es abusado, siempre se debe parar. Tomar un minuto para ti, pensar, analizar, recordar que nada ni nadie puede cambiar lo que tú eres. La vida me ha enseñado que no debo confiar en nadie, que mi mayor seguridad soy yo misma, porque me conozco, sé de qué soy capaz y de qué no, mis debilidades y fortalezas, mis seguridades y mis inseguridades. Siempre hay que parar cuando algo no está bien, cuando algo se ve afectado; cuando algunas personas empezaron a alejarse de mí sin motivo, lo primero que pensé fue: "¿Qué estoy haciendo mal?", pero, luego de cavilar, de meditar conmigo misma, descubrí que no era yo la del problema, que no debía preocuparme tanto, pues, si un día alguien me amó y al otro simplemente desapareció, entonces esa persona de verdad no me quiso nunca.
Hoy he dicho "Basta", empezaré a pensar en mí... tal vez me vaya mejor siendo egoísta...
... y gracias a Dios soy reservada.

Esto es de Alana Puche, mi vida también es real...
... y los mismos idiotas también me rodean.

1 comentario:

  1. simplemente me encantó, y concuerdo absolutamente con lo descrito anteriormente

    ResponderEliminar