domingo, 15 de mayo de 2011

La mitad de mi mundo.


De nuevo te vi a los ojos con la esperanza de encontrar un cambio en ti, pero no fue así... seguías luciendo incómodo y tu mirada apuntaba al suelo, tus manos sudaban frío y mi cercanía era de nuevo distanciada por un hiriente: "Ya regreso". Hace exactamente dos meses que tu actitud cambió, el calor de tu cuerpo se tornó un tempano de hielo. Fue hace sesenta y dos días que dejaste de llamarme por las noches, que mi apartamente se reveló ante mi persona, porque no sólo él se había acostumbrado a esa loca relación, a ese par de enamorados traviesos y rebeldes, a ese idilio de exceso y pasión, donde un tercero no entraba, pues ya el amor había sido repartido equitativamente entre dos seres que vivían a la defensiva; ¿recuerdas eso? ¿lo recuerdas? Ambos odiábamos al mundo, las personas nos daban ganas de vomitar, el eco del mundo era un agujero de escombros y destrucción, veíamos el mundo de diferente forma, una forma similar para los dos, pero... ¿qué pasó con eso? ¿Y la pasión desenfrenada en mi habitación? ¿Y los argumentos rotos que provocaban nuestras risas? Las cosquillas en la espalda, el área de mi cintura que sólo tú tocabas... ¿Por qué ahora eres un idiota conmigo?
Recuerdo tus palabras:

- "No voy a querer a más nadie jamás, pues sólo tú ves el mundo como yo..."

¿Acaso otra mujer te ha enseñado otra forma de ver el mundo? ¿Acaso te cansó mi manera de quererte?
Ya tus visitas son la presencia de un desconocido, he llegado a tener un poco de miedo, pues, cuando ves un hombre desconocido, sólo piensas en dos cosas: "Violador y asesino"; pero de nuevo regreso a la mitad de mi mundo, ese que era de los dos, y recuerdo que eres tú el hombre que amo, ese que actúa raro.
Ya no era lo mismo.

Una madrugada de esas en las que tú te quedabas junto a mí en el sofá, y nuestras piernas enredaban a las del otro, decidí preguntarte qué pasaba, y esta fue tu respuesta:

- Mentirte ha dejado de funcionar, esquivarte te hiere y, en consecuencia, a mí también me mata... Ser indiferente contigo es... ignorar una parte de mi mundo, pero... cuando algo cambia en tu entorno y tu mitad del mundo se ve amenazada por algo más, ¿deberías enfrentarlo, aunque eso afecte lo que has venido creando?

- No entiendo- te dije, aterrorizada, confundida, molesta, esperando lo peor.

- Tengo miedo de cambiar la relación que llevamos, pero, si no digo esto, entonces siento que me odiarás por siempre...

- Dilo, hace dos meses que he empezado a odiarte...

-Te amo...

- ¡¿Cómo que me...?!- me exalté.

- Pero no tienes que decir nada- me interrumpió-, deja que las mitades se unan... en silencio.

Y luego de diez o doce minutos, él empezó a susurrar: "Te amo, te amo, te amo...".


2 comentarios:

  1. Comparto ese sentimiento. Es hermoso tener a alguien que ve, siente, comprende y forma parte de tu mundo, de tu manera de ver el mundo. Leía y me imaginaba dos seres sentados en un sofá aislado de todo y de todos. El diálogo te envuelve, te atrapa, y te lleva a querer meterte en la historia. Soberbio.

    -Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por dejarme tu comentario, gracias por leer el Post, gracias, gracias, jajaja...
    Son pocas las personas que ven el mundo de la misma manera que tú lo haces, o, podría decir, que son nulas, pero, si llegamos a encontrar a esa personas, sin lugar a dudas, no deberíamos dejarla ir.
    De nuevo has capturado la esencia de los personajes.
    "Aislados", es un término perfecto para ese par...
    Saludos.

    ResponderEliminar