martes, 1 de noviembre de 2011

Una decisión, dos hombres.

     No sé qué es lo que pasa conmigo en este momento de mi vida, empecé a sentirme perdida de repente. Nunca, desde que ellos llegaron a mi vida, supe sentirme segura de nuevo con alguna decisión... y si tenía que escoger a quién acudir, entonces simplemente no podía. Me veo ahora tan perdida, como cuando debes abrir una puerta que, o bien puede abrir tus caminos, o puede cerrarlos para siempre en un instante. ¿Hacia qué dirección debo ir? No es de sabios apresurarse, pero el tiempo ha seguido corriendo en mi reloj, las ansias ya casi son insoportables, la duda permanente, el intentar dividir mi cuerpo en dos y darme cuenta que jamás será suficiente. ¿Qué he estado haciendo? Sólo fui yo mientras conversaba con ellos, sólo seguí siendo imperfecta y natural, ruidosa y algo egocéntrica, pero aún así: ¿cómo pude desatar el amor más apasionado en dos hombres tan diferentes? ¿en qué momento ellos hicieron del destino una enorme casualidad?
     ¿Y yo? ¿En el medio? ¿qué mujer se merece esto? Entonces, por favor les pido que no me hagan sufrir, hay tantas cosas que los unen, pero ustedes se han encargado durante toda su vida de buscar mil razones que los separen y  al hallarlas no hacen más que hacerse daño.
     No sé qué pasa conmigo, sólo sé que cuento con ustedes... por ahora no me hagan tomar una decisión, tan sólo bríndenme su apoyo y, si alguna vez se llegan a cansar de mí, aléjense, así no tendría que elegir entre dos maravillosos hombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario