Aún te pienso. Reciente, vigente, indeleble, tatuado en mi piel, trazado en mi cabeza, pintado sobre mis labios, más vivo que muerto, más afligido que alegre; con tu mirar incólume, tu estar indeciso, tus decisiones descabelladas, con esa respiración tuya sosegada, susceptible y a la vez nerviosa. Conociéndote, queriéndote y aceptando con certeza el hecho de que me importas, aún y cuando decía que no te quería, aún y cuando llegaste a parecerme extraño, aún y cuando sabía que los vellos de mi piel alzaban vuelo y mi boca se empapaba de deseo; sabiendo y sintiendo una sensación de paz con tu cercanía, benévola y a la vez jovial. Cuando tu liderazgo me era atractivo y tu naturaleza perfecta, yo no caía en cuenta, yo no lo sabía; de saberlo, no hubiera actuado con tanta fluidez. Pero... aún te pienso; aún y cuando ya no estás aquí, le doy vueltas a tu silueta en mi cabeza, recuerdo tus pupilas sobre las mías, respiro tu aroma que se desprende de un recuerdo vívido de tu camisa, capturo tus palabras entre mis versos y me baño con tus sonrisas y mis respuestas. ¡Claro! ¡Claro que aún te pienso! Y lo sigo haciendo y lo seguiré haciendo. Yo sí te pienso.
Encontrar un poema que escribiste hace un año...
es revivir una época de tu pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario