martes, 15 de enero de 2013

Alejandro y Lucía.

- ¿Y ahora qué? ¿Te vas?- aventuré, en mi cabeza sostenía la esperanza de que se negara a mi pregunta.
- ¿Irse es un buen término?- dudó él con tristeza, pero aliviado.
- Bueno, tienes un par de maletas y el pasaporte a mano.
- Aún así, no me "voy". Tan sólo... ¿cómo podría decirlo?, a ver: ¿abandono la lucha a causa de desgaste físico?
- ¿Desgaste físico, dices?
- Cansancio, Lucía, me cansé de esperarte.
- De igual modo- ideé rápidamente-, ¿por qué decides irte justamente en la víspera de año nuevo? ¿quieres destrozar mis nervios?
..................................................................................................................................

Pensamiento de Alejandro:
"Me voy justo ahora para ver si te duele aunque sea un poco y decides detenerme..."
..................................................................................................................................

- ¡¿Yo, destrozar tus nervios?!- repitió indignado-. ¡Já!, tú has estado mutilando los míos uno a uno desde junio.
- ... Y no podía darte este ataque de valentía en otro mes. No, claro que no- solté sarcásticamente.
   Entonces, él se acercó al baño y de allí sacó su cepillo de dientes y un pomo de crema dental. Con agilidad, introdujo todo en una de sus maletas.
- Es diciembre- susurré-, sabes cuánto me gusta diciembre.
- Seamos realistas, Lucía, mi presencia, aunque ha intentado hacerlo, no ha alterado ni un poco tu ocupada vida. ¿Qué diferencia haría mi presencia en tu celebración privada de año nuevo?
..................................................................................................................................
Pensamiento de Alejandro:
"Si dices que haría una diferencia, así sea la más mínima, me quedó, Lucía, me quedo a tu lado como debería ser. Lo juro."
..................................................................................................................................

- De hecho, no quisiera que hicieras algún cambio. Me gusta celebrar el año nuevo sola.
- ¿Lo ves?, yo... yo tomaré mi pasaporte., iré al aeropuerto y me subiré al primer avión que encuentre con destino al extranjero.
- Pero tú no sueles actuar así...
- No, yo no soy como tú, Lucía, no poseo ese espíritu aventurero del cual tú tanto alardeas, no soy intrépido, ni hablo cuatro idiomas, no me gusta la comida exótica ni el paracaidismo. La verdad es que no soy un tipo atrevido, y ya no quiero serlo.
- ¿Alguna vez quisiste serlo?
- Sólo una vez- él dejó de moverse a través de la habitación y alzó la vista hacia mí-. La única vez que me he atrevido a hacer algo fue cuando decidí que, costara lo que costara, yo lograría que tú te enamoraras de mí.
- Yo...
- ... pero todo salió mal- entonces tomó su maleta y la cerró-, y la verdad es que me equivoqué al pensar de ese modo. No era yo.
    Hubo un breve silencio.
- Nunca te lo he preguntado, pero... ¿qué fue lo que te hizo enamorarte de mí?- le pregunté finalmente.
- Podría decir que todo- una risita triste se fugó entre sus labios con ternura-, pero entonces no tendría que estarme despidiendo de ti ahora mismo.
- Somos tan diferentes...
- Creo que se me hizo interesante conocerte más a fondo, saber qué había allí dentro de esa chica tan extrovertida. Quería conocer tu lado de bohemia loca y ese otro de músico frustrado. Aunque eres cuatro años menor que yo, me diste la impresión de haber experimentado más cosas, eso, sin dudas, llamó mi atención.
- Quizás si hubieras dicho todo esto antes, las cosas habrían sido diferentes- le dije, sin saber exactamente lo  que él quería escuchar.
..................................................................................................................................
Pensamiento de Alejandro:
"Sólo me faltó bajarte la luna, Lucía, ¿por qué nunca fue suficiente para ti? Tan sólo pídeme que me quede, es lo único que necesito oírte decir."
..................................................................................................................................

- No existió nunca esa posibilidad, Lucía, pasó lo único que podía pasar.
    Alejandro tomó sus maletas de la cama y me echó un último vistazo para decirme:
- "De romántico, poeta y loco, todos tenemos un poco". Yo sólo soy un romántico empedernido, ese es mi gran defecto.
    No supe qué decirle, ¿cómo él podía considerar a su más grande y hermosa virtud, su gran defecto? ¿cómo tú, Alejandro, de un día a otro te me convertiste en otro hombre tan distinto al que solía amar en silencio? ¿cómo esta independiente muchacha hoy siente que su única forma de volver a ser libre es estando atada a un idiota que es tan sabio y no lo sabe? ¿cómo confesarle que yo también lo amo, si hoy el Alejandro que conocí parece ya no existir más?
    Sin aviso previo, él empezó a caminar hasta la puerta de salida.
..................................................................................................................................
Pensamiento de Alejandro:
"Parece que no dirás nada..."
..................................................................................................................................

- Antes de irte- dije con firmeza, él me lanzó una mirada de soslayo.
- Abandonar- me corrigió.
- Como sea, antes de salir por esa puerta, ¿puedes darme un abrazo?
- Un millón, si quieres- dijo entre dientes, finalmente mostrándome un vestigio del Alejandro que conocía.
    Con algo de tensión, él se acercó a mí y me rodeó con sus fuertes brazos.
- Que tengas un feliz año, Alejandro- le susurré en el lóbulo de su oreja. En ese instante yo misma libraba una batalla en contra de las lágrimas. Él nunca me había visto llorar, ¿por qué tendría que hacerlo justamente el día de su ida?
..................................................................................................................................
Pensamiento de Alejandro:
"Tan siquiera una lágrima, una queja, un : No quiero que te vayas. Con tan sólo eso me conformaba."
..................................................................................................................................

- Tú igual, Lucía, tú igual...
    Con Alejandro, nunca nada había salido como lo esperaba, con él todo siempre resultaba algo complicado, hasta torpe, pero era por eso que había aprendido a amarlo tanto, porque siempre mantenía dentro de mí la esperanza de volver a encontrármelo en otro aburrido café y que, como aquel día en nos conocimos, todo resultara perfecto, ya fuese para hablar de cualquier cosa, connfesarle la reciprocidad de mis sentimientos o, quizás, sólo quizás, continuar con esta historia de amor de nosotros que jamás comenzó.
    Mientras lo veía marcharse por la puerta, pensé en la posibilidad de ser egoísta y detenerlo, decirle que no quería que se fuese lejos, que, de hecho, quería que se quedara a mi lado cuanto durara esta locura de nosotros... pero no podía permitirme ser tan egoísta, tan codiciosa y desinteresada. ¿Qué razón tendría él para querer quedarse, cuando siempre me ofreció su compañía y yo la rechacé tantas veces?
..................................................................................................................................
Pensamiento de Alejandro:
"Siquiera un atisbo de dolor en tu mirada, ni un ápice de melancolía. Mujer de hielo... Adiós, Lucía."
..................................................................................................................................

- Adiós, Alejandro- murmuré.
    Cuando me hallé sola en la habitación, las lágrimas reprimidas empezaron a rodar deliberadamente por mis mejillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario