viernes, 18 de octubre de 2013

... De la vida.

A veces, acostada en mi cama, me ataca sin piedad la muerta posibilidad de un nosotros y yo, en medio del atentado, aprovecho para ver a la bestia directamente en los ojos azulados, para descubrir allí todo el misterio que nos empañaba, de lo que pudo ser y nosotros no hicimos que fuera.

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