Creo que aún sigues ignorándome y está bien,
los dos sabemos que nunca he demostrado que me afecte la indiferencia de los
hombres como tú. Estoy acostumbrada a tu mal humor, a tus celos y a tus
adivinanzas, y creo, cuando me miras, que en ti guardas un gran rencor, no hacia
mí, sino hacia la vida misma, como si ella se te hubiera ido de las manos y a
veces sólo pudieras retomarla optando por conversar un rato con la muchacha que
sigues pensando que soy, pero que, para tu sorpresa y la mía, ya no sigo siendo
más.
Nuestro error, confieso, siempre fue
querernos y odiarnos por igual, ¡y vaya que te quiero! ¡Y vaya que te odio
también! Porque me haces explotar en el último momento e irme con la cabeza en
alto, destilando orgullo, creyéndome imponente, fuerte, invencible, cuando
la verdad es que no soy así, y tú lo sabes bien, pero me quieres tanto que me
haces creer que de verdad puedo ser así... o quizás lo haces porque me odias.
Ambos sabemos quién tiene la vida más
complicada de los dos: Yo aún pienso en divertirme, tú ya tienes mil
responsabilidades sobre tu espalda y me duele verte cuando tratas de esconder
tus dudas y pretendes seguir siendo el mismo adolescente que aprendí a querer y
odiar al mismo tiempo sentada en un mismo pupitre durante todo un año.
Tú, que piensas que no te oigo cuando te recuerdas a ti
mismo que eres un hombre comprometido. Tú, que crees que no me doy cuenta de
que a veces me miras como si fuera inalcanzable. Tú, sí, tú, que me dejas
siempre la única opción de interpretar lo que me dices. Tú, el hombre de los dos
mil compromisos, el mismo que me pelea y le peleo, el de los halagos y los
insultos, ese que viene, se queda un rato y se va enojado. Tú, sólo quiero que
sepas que ya no me altero con tus juegos de nómada. Si te vas, te espero. Si
llegas, te converso. Si juegas, te sigo el juego y cuando toque quererte, te
quiero y cuando toque odiarte yo, simplemente, te odio.
... debe producirte placer que nos peleemos
o quizás aún guardas la esperanza de que eso me afecte de alguna forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario