miércoles, 25 de agosto de 2010

Conozco esos días.


Pronto la rabia pasará.
Pronto las heridas sanarán.
Yo también lo he sentido, la ira de un día que te hace enfurecer por mínimos detalles, la molestia comprimida y nerviosa encarcelada en tu pecho, la mismísima impotencia natural que te produce una situación que no es tu problema, pero quisieras arreglar; la inconformidad, el tedio ante la gran tontería de las masas, los comentarios imprudentes, los hombres inmaduros, el sueño de saber lidiar con todo aquello... pero, la verdad, es que no formo parte de muchas cosas, no soy igual al resto y no me interesaría serlo.
Conozco esos días, los he experimentado, los he odiado y me han hecho abrir los ojos, ser realista, darme cuenta del lío que me rodea, de esa pesadilla de la cual rellenamos la tierra.
Conozco esos días, me abren los ojos...

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