miércoles, 25 de agosto de 2010

Dentro de tu corazón.

Recuerdo esos días de verano en los cuales, con tanta frecuencia, volteabas a mirarme y relatabas fantasías para llamar mi atención. Recuerdo la sonrisa torcida, las atenciones y las manipulaciones; revivo los halagos que me hacías, los juegos que jugábamos y la sombra del árbol que nos cobijaba cuando conversábamos; y siempre dije: En cada minuto voy a quererte, sobre cualquier superficie tendré que adorarte, bajo las montañas iré a abrazarte y dentro de tu corazón voy a quedarme. No planeo ser molesta, te prometo no ser ruidosa y, aunque el lugar es estrecho, alzo mi mano derecha para jurarte con toda mi alma que no voy a lastimarte. Lo juro, por esos días de verano, los caramelos compartidos y las horas orgullosas y refunfuñantes de mi ida; por el parecido de nuestros atardeceres en otoño, te guardaré como mi amuleto, tu rostro y tus ojos, la fantasía y las verdades, por que te quiero y aún recuerdo cuando, con tanta frecuencia, volteabas a mirarme.

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