jueves, 26 de julio de 2012

En horario de oficina.

    

En horario de oficina muchas veces te pienso, te repienso, te ultrapienso, hasta que ya no me quedan más prefijos por usar, con las pequeñas hojas de colores vibrantes me entretengo y de nuevo te paseas sonriente por el recuerdo que en mi cabeza va reproduciéndose como una película muda. Tú sueles decir que pierdo la noción del tiempo y reprendes mi continua distracción, pero cómo no olvidarse del tiempo y los deberes con una sonrisa así como esa que de manera informal me regalas cuando nos vemos. 
    Los libros y tareas olvido de vez en cuando y me invento excusas para el trabajo. Entre el estudio y la oficina -que es nuestro sitio de encuentro-, no hallo en ellos tus caricias, entonces me molesto, con los compañeros, con el jefe, hasta con el café caliente, ¿por qué no vienes un momento? Un beso tierno y ya, prometo concentrarme y dejar de buscar tus caricias, prometo sólo hacerlo mientras me encuentre en horario de oficina, de resto, te busco siempre, en cada esquina, sobre cada superficie, te busco hasta que te canses y te escondas, voy detrás de ti, justo allí... pero prometo, de verdad, prometo concentrarme siempre y cuando sacies tú la sed que has desatado.
Ya sabes, siempre y cuando resuelvas tú tu problema.

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