jueves, 5 de julio de 2012

Idiotas, en fin.

Amiga,


     Nuestras historias son tan parecidas. Tú vives la ilusión de amar a un hombre mayor, yo vivo la ilusión de ser amada por uno. Él, el señor que te quita el sueño, se sumerge en su poesía, vive por ella, se alimenta de palabras obscenas, habla del cuerpo de la mujer, de su dimensión y su poder. Poeta en fin, ó músico, ¡quién sabe! Malditos poetas. Malditos músicos. Existen para robarnos el aliento, para arrebatarnos la alegría y la indiferencia de estos dieciocho años. Ellos, ambos, esos señores que nos quitan el sueño, convergen con su arte, su forma de expresarse es distinta, pero ocasionan los mismos efectos. Él, mi gran amor, con su guitarra paraliza el tiempo, ocasiona escalofríos, roba sonrisas; el otro, tu gran amor, con su poesía detiene el tiempo, eleva los vellos de tu piel, hurta sonrisas.

     Ambos, artistas plásticos, modelaron nuestros corazones a su antojo y ahora sólo palpitan cuando ellos aparecen frente a nosotras, el resto del tiempo: Morimos, estamos muertas, no vemos, no oímos, ni siquiera pedimos auxilio.

     ¡Qué tontería! Amar sin ser amadas. Esperar sin esperanzas. ¿Ya ves? ¿Ya ves cómo se parecen nuestras historias, amiga? 

     Compremos un par de refrescos, saquemos un par de copas, brindemos por esos hombres y sus formas de expresión, luego hablemos de la Universidad, los muchachos, los pretendientes que sí nos quieren y nosotras no queremos. Hablemos de juguetes, de nuestro período, de revistas de mujeres, moda y accesorios; hablemos de todo un poco... pero nunca de esos señores, poetas o músicos, ¡yo qué sé! 

... artistas plásticos. 

¡Al demonio! ¡Yo brindo por esos idiotas!
¡Salud!

2 comentarios:

  1. ahh!!! esos artistas ,ese poeta que ama lo que hace pero no a quien lo ama por hacerlo ...

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  2. Muy buena frase, Zuly. Está 100% inspirado en tu historia. ¡Saludos!

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