sábado, 9 de julio de 2011

Blanco y negro.

Había oído esa teoría: Negativo y positivo. Polos opuestos se atraen, qué fácil decirlo, qué difícil hacerlo.
Esto nos había sucedido varias veces, una pelea, una reconciliación y el ciclo se repetía como una misma canción. A pesar del tiempo invertido en nuestra relación, sin importar mis lágrimas y tus quejas llenas de frustración, con la mano en el corazón, apuntando el cielo, te dije adiós y hoy me veo obligada a romper mi promesa. En plena soledad, la oscuridad me da miedo, había olvidado ese dato de mí misma, pues cuando estabas tú me sentía invencible y eso me recuerda cuánto te gustaba la noche y cuánto yo la odiaba, y también me gustaba dejar la ventana abierta y a medianoche, te escabullías de mi abrazo y la cerrabas; el café era negro de lunes a miércoles para ti y para mí lo era toda la semana, la música que escuchábamos no se parecía en nada y es que tú querías en verdad bailar y yo quería sólo pensar. Con respecto a las bromas, yo no entendía las tuyas y a ti las mías te parecían ridículas, pero igual reías y es allí donde más me enamoraba de ti.
Quizá fue porque, gracias a esta pelea, perdí la cuenta legalmente, quizá se debió a que nos cansamos, blanco y negro, nublado, despejado, más y menos. Aún quiero salvar lo nuestro, porque... pues porque... ¿qué otra razón puedo ofrecer? Porque Te Amo y allí es cuando todo deja de importarme, porque con el tiempo he aprendido a ser bondadosa y a no pensar sólo en mí.
Negativo se enamoró de positivo, blanco y negro formaron el gris y en vez de niebla, empezó a llover con un arcoiris.

- ¿Qué haces aquí?- me preguntaste, abriendo tu puerta.

- No, pregunta equivocada- y señalando mi corazón, pregunté-: ¿Qué haces tú aquí y por qué no quieres salir?

Y una sonrisa certificó esa fulana teoría: "Polos opuestos se atraen".
Porque es algo nuevo, y lo nuevo siempre es emocionante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario