miércoles, 6 de julio de 2011

Nunca lo sabré.

    

     Sí, efectivamente, me arrepiento de muchas cosas, pero jamás de haberte conocido y ¿qué problema tenía la gente con el hecho de que sólo fuéramos amigos? Aún así ambos fuimos felices, las risas contaban toda nuestra historia, los miles de poemas que escribí sobre nuestra "amistad" narraban todo con palabras, palabras que sólo tú lograbas interpretar correctamente; y es que fuimos tan felices, tanto, tan enormemente que a veces se me olvidaba la fecha y no quería mirar el reloj sino para detenerlo... Amigos, ¿qué hay con eso? Si nada más me besaste una vez, y creo que estaba medio dormida, nunca te dije que había visto aquello, pero tú tampoco me dijiste jamás lo que sentías, que una simple "amistad", aunque nos hacía felices, no era todo lo que deseábamos, que queríamos ir más allá, que aspirábamos a más, queríamos inmiscuir entre nosotros la palabra "Romance", pero, siendo sincera, sentía miedo y eso era lo único que no me gustaba de nosotros, el terror, la escena imaginaria de que todo saliera mal en un futuro y entonces nos quedáramos sin nuestra fulana "amistad" y sin el complicado "Romance". Pero para mí no valen hoy las negativas, ¿cuántos años han pasado desde ese último instante? ¿Tres, cuatro? y la verdad es que me ha ido bien, no soy completamente feliz, y tampoco sabré si lo que me falta para acabar de serlo de una vez por todas eres tú, pues nunca probamos un Romance.

Dedicado a... ya tú sabes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario