viernes, 23 de noviembre de 2012

Contigo o sin ti, da igual.

"No te vayas... vete"    

   Contigo no hay forma, no hay manera. Contigo la vida entera carece de ambigüedades  y ¿qué somos los mortales sin ambigüedades?, quizá desiertos, quizá abismos.
    Ya te lo he dicho, contigo no se puede, aunque no es ese mi problema, el conflicto está en que sin ti... bueno... sin ti tampoco puedo, tampoco podemos. Nada resulta.
   Soberano problema el mío, el nuestro, el de los que nos rodean. Contigo o sin ti: da igual, yo no puedo.
    Puedes irte o regresar. Puedes tocar a mi puerta o llamar. Puedes, mira, si te da la gana, abrazarme o desaparecer; igualmente no puedo, no me sale nada bien, todo eso te incluye o no lo hace. ¡Qué torpe, qué tonta!, contigo o sin ti, da igual y no lo da. Sea de noche o de día, da igual, o quizás no.
    Contigo, felicidad y desazón. Sin ti, felicidad y desazón.
   Puedes venir y quedarte; puedes irte y abandonarme. El caso es que: Contigo, mira... bueno... no: Igual no puedo, no hay manera. Tan sólo nos queremos.

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