jueves, 18 de agosto de 2016

Abstinencia de ti.

El silencio es un encierro y lleva tu nombre. Hoy pensé de nuevo en ti mientras me preparaba la cena. Esa simple acción te trajo de nuevo. Cualquiera diría que mi situación es delicada, y estoy de acuerdo, es decir, estaría de acuerdo con cualquiera que se atreviera a decirme que sufro los síntomas de la abstinencia, aunque nadie nunca me dirá nada, justamente porque no le he contado de este 'proceso' a nadie...
En fin, como decía, hoy mientras preparaba mi cena pensé en que ya no me imaginaba saliendo de casa sin desayuno o yéndome a la cama sin antes comer algo y creo que tú tienes que ver de alguna manera con esa atención mía por no saltarme ninguna comida... bueno, quizás sea eso o es que de nuevo solo estoy inventando excusas para pensarte. Lo que quiero decir es que ahora me resulta difícil identificar las cosas que llevan marcado tu nombre por naturaleza, de esas que me saben a ti como consecuencia de la abstinencia. ¿Entiendes? Parece una tontería, sí, porque a final de cuentas cualquier cosa, esté donde esté, luzca como luzca o sea lo que sea, siempre dará el mismo resultado: yo pensándote...
...y sé que todo esto es resultado de este ayuno indefinido de ti, de esta falta violenta tuya, de este olvido mal impuesto y egoísta, sí, todo esto es culpa del amor y ¡qué sorpresa! ¡Qué sorpresa!, ¿no? el amor es culpable de nuevo por aparecer en el lugar equivocado, en el momento menos indicado...

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