lunes, 29 de agosto de 2016

Días como hoy.

   Hay días como hoy en los que te extraño, quizás, un poco más de lo normal, días en los que, tan solo con abrir mis ojos por la mañana, sé que te extrañaré a cada minuto. Hay días, como este de hoy, en que tu aliento parece calentarme el cuello y tus manos nerviosas recorrer mi cuerpo. Hay días, días como hoy, que tus besos me dejan soñando despierta en cada rincón de mi vida, obligándome a reconocer que no quedan fuerzas en mí para seguir negándome a cada cosa que lleva tu nombre, porque aún a estas alturas encuentro placer en el recuerdo de tus ojos a medio cerrar o a medio abrirse (nunca lo supe) mirándome en silencio, aún encuentro placer en el recuerdo de tus tan breves y apremiantes sonrisas, sí, aún hay goce en adivinarte ahora más lejano que nunca en la distancia, pero más próximo a mi alma, sí, sigue siendo un placer divino y mortal, ese de revivir tu recuerdo en mi memoria, aunque en realidad nunca moriste en mí, sino que por el contrario continuaste más vivo que nunca.
   Hay días, amor, en que los anhelos lo absorben todo: trabajo, personas, familia, amores, sí, días como este de hoy en los cuales destruyo a propósito tus miradas para volverlas a construir desde cero. Hay días, que dedico exclusivamente a esas últimas palabras que nos dijimos, ya sea para llorar, para reír o para soñar, soñar que en la distancia tú imitas los actuares de mi nostalgia.
   Hay días, como este que está por acabarse, que tu recuerdo espanta mi tranquilidad y me secuestra, tan solo para llevarme a las tierras perdidas de nuestra historia, esa que sigue ardiendo aún en medio de esta prisión sin oxígeno que somos y seguiremos siendo.
   Hay días, amor, días como hoy, en que tu recuerdo es triste y me duele, pero sigue estando tan lleno de amor que es difícil volver a odiarte.
   Hay días, días como hoy.

"...el odio y el amor son pasiones recíprocas..."
Gabriel García Márquez, 'Crónica de una muerte anunciada'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario