domingo, 23 de mayo de 2010

Cómo olvidarte, Recuerdo...

- ¿Es aquí donde nos vimos por vez primera?- me había preguntado él con inocencia, las manos metidas en los bolsillos de su manchado y reusado pantalón caqui.


- Estás parado justo donde nos dimos el primer beso, ¿lo recuerdas?- le dije. Recuerdo que mientras él tardaba en responder, una hoja amarilla, perteneciente al vigente otoño había rozado mi rostro en su viaje al suelo.


- ¿Cómo olvidarlo?


- ¿Y las cosquillas en mi cadera?


- ¿Cómo dejarlas perder en el tiempo?


- Seguro que no te acuerdas de cuando te dije que no sabía besar.


- Tenías quience años, era de esperarse...


- Uhm- el recuerdo de su cara era algo que me había dejado marcada para siempre. Él siempre lucía como un niño, pero para aquel entonces tenía 18 y se comportaba como un tímido lo hace... supongo que se debía a que él lo era-. ¡Ah! ¡Ya sé! No puedes recordar cuando te dije que eras un idiota, eso si no...


- Eso nunca pasó. No me harás dudar...


- Y...


- ¿Cuando te bañaste en el lago? ¿Cuando me llamaste por mi apellido mientras te zambullías en la montaña de hojas secas? Seguro me preguntarás si recuerdo tu cara en el justo momento en que te golpeaste con el tronco de aquel árbol amarillo.


- ¿Eso lo recuerdas?


- Lo recuerdo. ¿Qué te hace pensar que no lo hago? Si ese lunes primero de septiembre había sido feliz a las dos de la tarde, por que una niña de hermosos ojos azules se había fijado en mí, que extrañamente mis pantalones manchados no la espantaron y que... ella era pura felicidad, como ahora mi corazón era por su llegada.


- Uhm...


- ¿No te convenzo aún?


- Uhm...


Se oyó cuando resopló.


- Ya llevamos muchos años en esto...


- Ochenta y tres años en esto, Recuerdo...


- ¿Hasta cuando te diré que el que me haya enamorado de ti, Olvido, no quiere decir que olvidaré todo lo que vivimos?


- Recuerdo... Sólo para asegurar, ¿Recuerdas cuando te vi por vez primera a los ojos?


Recuerdo se había puesto de pies refunfuñando cosas sin sentido y saliendo de la habitación, un enorme silencio me había acobijado


Volviendo a mi presente, al plano terrenal, en la soledad de mi pequeña habitación, me dediqué a suspirar y con voz fracturada, con las arrugas sobre mis ojos y las lágrinas sobre mi rostro, dije:


- Cuánto recuerdo aquellos días, Recuerdo... Ahora que no estás, simplemente no te podré olvidar.

1 comentario:

  1. Se me llenaban los ojos de emoción a medida que iba leyendo.Esta parte fue mi favorita:

    "- Lo recuerdo. ¿Qué te hace pensar que no lo hago? Si ese lunes primero de septiembre había sido feliz a las dos de la tarde, por que una niña de hermosos ojos azules se había fijado en mí, que extrañamente mis pantalones manchados no la espantaron y que... ella era pura felicidad, como ahora mi corazón era por su llegada."

    Simplemente... ¡Hermoso! Espero seguir leyéndote.

    Saludos.

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