viernes, 14 de mayo de 2010

Nuestros Conquistadores.


No hay mejor manera para comenzar este artículo que recurriendo al gran Conquistador Romántico; rosas rojas excitan su pasión, los chocolates estimulan su dulzura, poseen una faceta de trovador que viene acompañada con su fina y elegante voz. El Romántico es justo en sus conquistas y procura siempre cautivar con el corazón, no con el puño…


… Como lo haría El Amante Rígido, que es duro por fuera y frágil por dentro, su boca se llena de falsos insultos, su piel se eriza cuando son ignorados; el gran rígido lleva sólo una máscara de cemento puesta en el corazón, por dentro es débil y torpe, un nido de timidez y dulzura, en su cabeza sólo existen aquellas conquistas difíciles y no le dice a su corazón de quién debe fijarse, no es amable fácilmente y sus celos son tímidos y silenciosos.


El Caminante sin Camino, éste sufre de indiferencia y se jacta de sus conquistas, no busca el amor, pero el amor sí lo busca a él, ha estado con muchas, ha despilfarrado su lúcida y divertida actitud y, aunque nunca busca nada, lo encuentra todo. Se le llama Caminante sin Camino al conquistador sencillo que, sin quererlo, se tropieza con el amor y continúa su danza sin compromisos.


El Conquistador Silencioso, el más idiota de todos, su inclinación es un secreto, sus gustos aún más, él sólo le cuenta de sus amores a su espejo y se refleja en éste con el autoestima por el suelo; o está deprimido o su conquista es simplemente imposible, aunque creo que aquel hombre con pantalones confiesa su amor aún y sin esperanzas…


… Lo que me lleva al famoso síndrome del Amigo Enamorado, puedes tenerlo todo si de él dependiera dártelo, saben que están colosalmente equivocados, pero lo prohibido se les hace tentativo; reconozco que éste es el amor más complicado, por que muchas veces no es correspondido.


El “A.I.G.M” (Amante indiferente, guapo y mujeriego) o Galán, esto es casi una sociedad secreta. Infieles, mujeriegos y… hermosos. Se me desgarra el alma comentar que éste es uno de los grandes idiotas de la conquista y, en su mayoría, su rostro es como el de un modelo; lo peor de todo es que tiene buena memoria, no olvida fechas importantes, adora a su mamá y practica todos los deportes.


Tenemos también al “Ejemplar”, que parece perfecto en todo lo que hace, pero que tiene un defecto que lo hace el peor. Este no goza de mucha fortuna, ya que el tiempo apremia y su enorme alteración sale tarde o temprano a la clara y lúcida luz de la verdad.


El Conquistador Clandestino, no hay mucho que decir de él, pues él no da mucho a conocer; su silencio va menguando el conocimiento de externos, su forma de caminar no dice mucho y, aunque su mirada es clara, casi traslúcida, no sabes qué pensar de él.


El Luchador, este conquistador “retiene a su presa” a como de lugar, si debe pelear, lo hará sin complejos; él, más que querer, debe tener a esa conquista; va contra todos sin usar la cabeza, para éste conquistador no existen las reglas, está claro en qué es lo que quiere y hasta que no lo tiene no se da por vencido, sin dudas, El Luchador pone todo por el todo…


… Como lo haría El Apostador, este conquistador se tiene una confianza tan enorme como su ego y es por esto que apuesta para ganar el corazón de su conquista; este casanova o Don Juan es cruel, despiadado y, en su mayoría, sale mal parado; este audaz y presumido conquistador es un encanto, él lo termina todo con una sonrisa y su seguridad arruina toda dureza en las integrantes del género contrario, es despiadado con sus conquistas y lo peor de todo es que es el mas típico conquistador.


El Seductor, su sensualidad, sus deseos y sus placeres saltan a la vista con sólo verle fijamente. El Seductor guarda entre sus encantos una inocencia que no posee, se disfraza de niño y no es nada más que un experto, este conquistador no demora en seleccionar sus próximas víctimas –ya sabrán ustedes por qué- y su espíritu en lleno es rodeado por un nido de enredos y mentiras; lastimosamente, este atractivo casanova es casi inevitable y en excesos tentativo, sus relaciones no llegan a nada, pero tienen de todo…


Odio aquellos hombres con baja autoestima y poca seguridad en sí mismos, por eso también desprecio a El Conquistador Lamentable, a veces este puede llevar esa falsa máscara de inseguridad para ocultar al verdadero monstruo que es, pero otras veces en verdad que este conquistador está lleno de puros lamentos; no se siente bien con su físico, se queja de su vida, se lamenta hasta de cómo se llama y todo para robarle halagos a la mujer a quien corteja. Este conquistador, sin dudas, sufre de poca hombría y apenas es capaz de evitar sus lamentos… ¿Es que no sabe este amante cuánto odiamos las mujeres a un hombre inseguro?


Bueno… lo que me lleva a El Conquistador Inseguro o Inestable, su conquista es una abismal incertidumbre, sólo dos dudas perduran en su cabeza cuando está en proceso de conquista: ¿Me dirá sí? o ¿Me dirá no? Este particular estereotipo analiza los contra y pro de su “juego de amor”, ordena celosamente sus posibilidades y esquematiza sus conocimientos sobre esa persona, es fiel a una posibilidad negativa, ya que se arraiga a ella casi familiarmente y es infiel a la posibilidad positiva puesto que su inseguridad es definida por él mismo como prevención. En su mayoría, decide dar el brazo a torcer, pero claro que eso no evita que siga jugando en el extenso cuadro de los conquistadores.


El Conquistador Multifacético, el cual reúne un poco de todos los conquistadores y su vida amorosa se discrepa entre exitosa y fracasada.









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